Agosto 2003 De Edimburgo queremos ir a Fort William en autobús para empezar a pedalear desde allí. Otra vez problemas con las bicis, no nos las quieren dejar meter en el bus. Al final los convencemos. Montamos las bicis enfrente de un supermercado, bajo la mirada de la gente que va pasando. De repente me entra una duda. ¿He cogido las piquetas de la tienda de campaña? Pues no, menos mal que me he dado cuenta. Entramos a una tienda de pesca y parece de deportes y encontramos una cubeta llena de piquetas. Encima tenemos suerte que las venden sueltas, eso aparte de la suerte de que vendan allí.
Nos paramos en una explanada de hierba, al lado del lago Loch, a echarnos la siesta. De pronto me doy cuenta de que ahí tumbado soy feliz. Sin preocupaciones, sin prisas, disfrutando de la vida con una sensación de libertad que no he tenido nunca. Me podría pasar años así. La libertad que te da viajar en bici es muy grande. Lo recomiendo para quien no lo haya probado. Los paisajes de Escocia son muy verdes, todo pradera y bosques. Muy bonito, lo malo es la humedad y la lluvia, que esta lloviendo a todas horas.
Pasamos por el famoso lago Ness. Es muy largo pero muyyy estrecho. Yo me lo imaginaba mas grande. Al monstruo ni verlo, por supuesto, Aunque había unas piedras, que depende como les hicieras la foto, casi daban el pego. Llegamos a un pueblo llamado Achanalt un poco tarde y justo estaban cerrando los supermercados. Tenemos que coger agua de unos baños de una gasolinera que también estaba cerrada. Sale un agua amarilla que no invita a beber precisamente. Le echamos unas pastillas potabilizadoras por si acaso.
Continuamos con la bici y cuando hacemos el kilómetro 100 empezamos a buscar un sitio apartado de la carretera para plantar la tienda para dormir. Lo malo es que esta todo vallado y no se ve ningún sitio y además esta todo el suelo muy húmedo o encharcado. Por f
in encontramos una caseta o mejor dicho un chamizo. Esta lleno de basura que tenemos que retirar un poco para extender los sacos. Por lo menos estamos bajo techo aunque si se pusiera a llover no se yo si no habría goteras. Hay montones y montones de mosquitos. Es muy desesperante. Yo me meto en el saco tapado hasta arriba y me pongo una camiseta sobre la cara porque me ponen de los nervios. Carmelo dice que es todo psicológico y duerme sin taparse del tod
o. A la mañana siguiente tiene los brazos en perdición. Solo en el antebrazo contamos cincuenta picaduras. A mi, aun estando tapado me picaron, conque a Carmelo ni os cuento.