Bueno, hoy etapa de relax. La idea era de llegar a Burgos pero ni el tiempo ni las fuerzas nos han acompañado, así que finalizaremos el camino en Logroño (Rafa no tiene mas vacaciones y yo no tengo mas fuerzas). Nos quedan unos 30 kilómetros.
A las siete de la mañana tocan diana en el albergue. Pasan por las habitaciones despertando a la gente y ponen una música horrible a todo volumen. Uff, pa matarlos. Hoy que no tenemos prisa. Vamos a una gasolinera para que hinche Rafa la rueda que pincho ayer. Me pregunta si quiero hinchar las mías y le digo que no. A los pocos minutos de arrancar, me doy cuenta que llevo la rueda trasera pinchada. Si las hubiera hinchado me habría dado cuenta. Arreglo el pinchazo y otra vez en marcha. A unos pocos cientos de metros me dice un hombre que llevo la rueda pinchada. ¡ Ahora es la delantera!.¡Que casualidad!
Llegamos a medio día a Logroño y después de informarnos a que hora sale el tren, nos vamos a la calle Laurel a tomar unas tapas. Y luego ya para casa.
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