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BARRANCO DE ESTARONILLO

07-08-2016


Después de ir ayer al Literola, hoy toca algo suave por lo que nos acercamos al barranco de Estaronillo. No ha sido muy buena elección pues apenas baja agua por lo que no se pueden hacen muchos toboganes y saltos. El Miraval también se ve con muy poca agua.
Para el acceso debemos coger la pista que baja al Miraval y aparcar al final de la pista. Hay que pagar tres euros para acceder a la pista y, aunque no hay barrera, si no tienes el papel te pueden multar. Por lo menos parece que han arreglado la pista. Hay que tener cuidado con un badén justo antes de llegar al final. Todos coches que pasan le dan a los bajos. Una vez que nos hemos preparado, pasamos por el puente que cruza el río y giramos a la derecha por la pista. Casi llegando hay un cruce en el que, al a derecha,  hay unas cruces rojas y blancas. Seguimos por la izquierda hasta un cartel que indica varias direcciones. Cogemos la que nos baja al río y allí empieza el barranco.



Alba ha alquilado el neopreno y resulta que la chaqueta se la han dado diminuta. Le falta un palmo de mangas. Menos mal que es delgada y le entra aunque tiene que ir encogida. Sonia tiene una five ten rota y la arreglamos con unas bridas que, contra todo pronostico, aguantan hasta el final.
Nada mas empezar tenemos un salto de unos seis metros a la derecha para ir abriendo el apetito. En el barranco se suceden los saltos, toboganes y badinas aunque por lo bajo que va el caudal, muchos han desaparecido. Nos dejamos deslizar por badinas de de un verde cristalino que hace las delicias de nuestros ojos. Aunque hay que estar alerta pues las aguadillas se suceden sin descanso y cuando menos se lo espera uno. Hoy me falta el Ángel de aliado y las chicas se juntan para intentar ahogarme pero yo me defiendo con uñas y dientes.




Conseguimos hacer algún que otro salto, hasta Irene se anima en uno, pero los toboganes no deslizan por falta de agua. Solo hay un tobogán bueno. En una poza hay un tobogán a mano izquierda. Hay que trepar por la pared para llegar arriba. Desde el inicio del tobogán se ve una cascada muy bonita a nuestras espaldas. Desde arriba el tobogán impresiona un poco. Al final del mismo sales disparado y se cae de espaldas. La poza no cubre mucho y alguna vez tocamos con la espalda pero muy amortiguados. Seguimos por el río disfrutando de la belleza del paisaje hasta que llegamos al puente que hemos cruzado al inicio.



TRAVESIA DEL ALBA, SALIDA DEL GRUPO DE ESPELEO PIPISTRELLUS

02-07-2016  


Grupo 1: Miguel Angel, Isabel, Eli, Jose, Hector
Grupo 2: Mariano, Marta, Monica, Quique, Javi
Grupo 3: Ainhoa, Nacho, Nueno, Tello, Fleta

Después de todos nuestros esfuerzos del año por fin estamos preparados para una gran travesía, la del Alba, posiblemente la travesía mas representativa de Aragón. La travesía tiene un desnivel de 546 metros y un recorrido de 1182 metros.
Las coordenadas son:
Bujerín de Alba: X: 303.900 Y: 4726.570 Z: 2.290 (msnm)
Cueva de Alba: X: 302.920 Y: 4727.150 Z: 1.760 (msnm)

Como la travesía va a ser larga dormimos en la escuela de alta montaña de Benasque para no tener que madrugar tanto. Son fiestas en Benasque pero nos entra el sentido común y decidimos echarnos a la cama a una hora prudencial. A las ocho de la mañana ya estamos todos desayunados y preparados para iniciar la actividad. Aparcamos los coches en el aparcamiento al lado de los baños de Benasque. No empezamos a preparar las mochilas con el equipo cuando Marta se da cuenta que se ha dejado el bote estanco con todas sus cosas en la escuela. Se van rápidamente a por ello. Antes de que vuelvan, el primer grupo ya se ha equipado y parten hacia el bujerin del Alba que es donde esta la entrada a la travesía. Al cabo de bastante rato, que ya nos empezamos a preguntar si no se habrán perdido, aparecen Nueno y Marta con el coche. Se preparan y salimos los pocos que quedamos. Del aparcamiento bajamos unos cientos de  metros hasta un desvío a  la derecha con señales de GR. Seguimos por la senda hasta otro sendero a la derecha que sube fuertemente. Vamos siguiendo las señales hasta llegar llegar al ibon del Alba. Desde allí subimos por la izquierda unos 40 metros hasta localizar el agujero del Bujerin.



En la subida nos encontramos con ortigas. Marta coge una mata y viene hacia mi con intenciones aviesas pero no se ha dado cuenta que tengo mas a mis pies. Cojo una mata y empieza la guerra. Al día siguiente aun le pican las manos y los gemelos. No tenia nada que hacer.

ALGUNA HA PERDIDO LA BATALLA

Llegamos al Bujerin en hora y media mas o menos. Los primeros entran sobre las once y media de la mañana y los últimos sobre la una. El primer grupo ya esta listo para entrar. Nos dejamos media hora de ventaja entre los grupos para no tener que estar esperando en los rapeles. Como entramos los últimos tenemos un buen rato de espera. Hace aire pero al sol no se esta del todo mal. Estando esperando en la entrada aparecen tres miembros de la federación que vienen a ver el estado de la vía clásica para una posterior reequipación. Después de hora y media de espera entramos al agujero. Nos arrastramos un poco y accedemos al primer pasamanos que nos sitúa en el primer rapel de 32 metros. Ya empieza lo bueno. Nos encontramos un par de escuálidos tritones que se mueven muy lentamente.
 DETRÁS EL BUJERIN


Antes de llegar a la porqueriza, un estrecho meandro lleno de barro, dejamos pasar al equipo de la federación. Haciendo malabares en oposición consigo no mojarme los pies. Hemos pillado al segundo grupo en el rapel de 56 metros, que ha tenido un problema en el rapel. Esperamos en la porqueriza, poniéndonos cómodos, por decir algo, entre las estrechas paredes. Estamos allí una hora en la que nos quedamos helados. Corre un airecillo que hace que nos arrebujemos en nuestros monos. La temperatura media de la cueva es de 4 grados y la humedad es bastante alta. Yo llevo un mono de algodón y lo acabare pagando. La mayoría de los rapeles tienen instalada cuerda fija lo que nos evita estar montando y desmontando cuerda, ahorrando bastante tiempo.



Conforme pasan los rapeles vamos oyendo el río que discurre en algún punto por debajo de nosotros. Asusta un poco el estruendo que llega a nuestros oídos. Por fin legamos a la altura del río que discurre salvajemente por entre las rocas creando varias cascadas que nos dejan con la boca abierta. Lo seguimos durante bastante rato hasta que, en algún momento, nos hemos metido en una galería y, de repente, se deja de oír el río. ¡Que descanso! Mientras lo teníamos no nos dábamos cuenta del ruido pero al hacerse el silencio, este nos golpea fuertemente. Llegamos a la sala Maldita. Una sala de grandes dimensiones en la cual el frontal no alcanza a iluminar las paredes. Aquí hacemos un descanso a comer y reparar las fuerzas con un buen trago de la bota de vino que ha traído Tello.



Desde la sala maldita tenemos dos vías para continuar, la clásica y la llopis. Las dos se juntan en la sala Leonor. La mas bonita es la sala Llopis que es por la que nos meteremos. En la sala Maldita hay un libro donde apuntaremos cuantos somos y que vía vamos a hacer por si ocurriera algo facilitar la labor al grupo de espeleorescate. Al lado del libro hay un cartel que nos indica hacia donde va cada vía. La travesía esta muy bien marcada con reflectantes y flechas. Ademas Miguel Ángel lleva reflectantes que nos va dejando para facilitarnos aun mas el camino. Yo los voy recogiendo. Por la vía Llopis empezamos a ver formaciones y algún pasillo de gours muy bonitos. Yo he ido esquivando pisar el agua y en un descuido tonto piso un charco y acabo con el pie empapado.




Hemos vuelto a pillar al segundo grupo y otra vez a esperar una hora. Yo cada vez tengo mas frío y estas esperas me matan. El mono cada vez esta mas mojado y mas me cuesta entrar en calor. Nos encontramos con algún anclaje en mal estado y las cuerdas, que llevan allí sabe dios cuanto tiempo, no nos dan mucha confianza. Las cuerdas corren fatal por el stop y en los rapeles largos se cansa mucho la mano de apretar la palanca. Alguna cuerda tiene alguna flor y en un par ya les han hecho un nudo para evitar la parte rota, lo malo es que se acorta la cuerda y en algunos casos no queda ni para hacer la llave de bloqueo. Hay un par de rapeles guiados para evitar el agua. En uno de ellos la cuerda guía esta desecha. Tiene toda el alma al aire y algunas hebras cortadas. Si se partiera haríamos un péndulo brutal. Para matarnos. Los rapeles se suceden sin descanso y pierdo totalmente la cuenta de cuantos llevamos. Solo se que ya tengo ganas de que se acaben.



Poco antes de la sala Leonor volvemos a coger al segundo grupo y esta vez también al primero. Otra vez a esperar. Nos tomamos unos sorbos de sopa caliente que nos sabe a ambrosía y nos calienta el estomago. Le damos al primer grupo 20 minutos porque de la sala Leonor se sale con un rapel fraccionado y aquí estamos al resguardo del agua. Sale el segundo grupo y a los diez minutos salimos nosotros. Yo ya estoy muy helado. Me entra la temblequera y no hay manera de entrar en calor. Estoy tieso. En un momento llegamos a la sala Leonor. Una cascada de mas de treinta metros se precipita por encima de nosotros pulverizándose el agua sobre nuestras cabezas. El sitio es espectacular.




A pesar de que en esta sala ha subido la temperatura unos pocos grados, yo cada vez tengo mas frío. Me pongo un forro polar pero no lo noto mucho. Al poco rato esta empapado y tenemos que esperar un buen rato hasta que bajan los otros dos grupos el rapel fraccionado. Aquí la cueva se vuelve mas horizontal lo que no quita que haya bastantes rapeles pequeños. Gracias a los reflectantes de Miguel no perdemos tiempo en encontrar el camino en el caos de bloques que nos vamos encontrando. Poco a poco vamos atravesando por las diferentes zonas de la cueva, el paso del pilet, la pared del sos, galeria de les angunies, el sifón del viento, etc... El cansancio va haciendo mella y cada vez echamos menos fotos y mas nos cuesta avanzar.



Llegamos a la parte mas bonita de la cueva, la galería del mármol. Las paredes están cinceladas con preciosas vetas de mármol de diferentes colores. Vetas blancas, negras y grises se abren frente a nosotros. Un espectáculo para los ojos que no nos cansamos de admirar. Después de pasar un bloque, unas ondas de mármol nos reciben con toda su belleza. Para mi lo mas bonito de la cueva.
Ya nos va quedando menos. La siguiente dificultad el destripamonos una estrecha diaclasa por la que hay que progresar a cierta altura moviéndonos en contraposición. No es difícil pero una caída podría traer consecuencias por lo que a pesar del cansancio hay que poner los cinco sentidos.
Llegamos al paso del lago que esta equipado con un pasamanos de sirga para evitar mojarnos. En un punto intermedio la sirga esta deshilachada y conforme vamos pasando nos viene a la cabeza si no seré yo al que se le rompa del todo. Proseguimos despacio y ya solo nos queda el final y...¡por fin estamos fuera! Son las dos de la mañana. Mas de 15 horas de actividad con la aproximación. Estamos cansados pero muy felices de haberlo conseguido. El primer grupo hace rato que ha salido y están ya cambiados en los coches y los otros dos nos hemos juntado en la salida y nos damos unos abrazos y la foto de rigor. Ya solo nos queda regresar al coche y ponernos secos. En veinte minutos llegamos. Mas abrazos, nos ponemos secos y nos vamos a la escuela de alta montaña a cenar que tenemos un hambre canino.



BARRANCO GALLINES INFERIOR

27-06-2016


Estando en Morillo de Tou me han llamado un grupo del club de montaña Pirineos para decirme que están por la zona y que si quiero barranquear con ellos. Convenzo al Ángel para que se venga también. Hemos quedado con ellos en el túnel en el cual sale el escape de la gran vertical final. Como vamos bastante pronto nos tomamos tranquilamente un café en Saravillo . A continuación nos acercamos al túnel. No estamos seguros de cual es aunque nos han dicho que el tercero viniendo de Saravillo. El equipo ya ha llegado por lo que acertamos sin problemas. Dejamos aquí un coche y subimos con otros dos por la pista que sale un poco antes de llegar a Saravillo a mano izquierda. El camino tiene unos badenes bastante profundos en los cuales me golpean los bajos del coche varias veces. Después de varios kilómetros de pista llegamos a la cabecera del barranco. Ponemos un pequeño barril de cerveza a enfriar en el río para tenerlo fresco a la salida y nos encasquetamos los neoprenos. Javi no puede hacer el barranco por un golpe que se dio el sábado en el barranco del Sein así que se va con el coche a dar vueltas mientras los demás hacemos el Gallines





Baja poca agua y aprieta un poco la calor que apaciguamos en alguna pequeña poza. Cae alguna aguadilla aunque este barranco no se precie mucho a ello. Eli, si gritas cuando te hacen una aguadilla inevitablemente vas a tragar agua jajaja.  El principio del barranco son una serie de pequeños rapeles consecutivos sin mucho interés hasta que se llega a la gran vertical de 140 metros. Aquí es donde empieza a fluir la adrenalina y los nervios hacen que se forme un nudo en el estomago. Un gran patio se asoma a nuestros pies y al fondo divisamos los arboles tan diminutos que nos hacen darnos cuenta de la gran altura a la que nos hallamos. El rapel esta fraccionado en tres partes, dos rapeles de cuarenta y uno de sesenta. Después de los dos de cuarenta hay un escape por el cual, por medio de un pasamanos, podemos salir al túnel donde hemos dejado los coches. 





En el primer cuarenta bajo yo primero. Este rapel acaba en una gran plataforma. Durante el rapel hay un gran bolo en el que se ha atascado la cuerda. Tengo que pendulear un poco para poder soltarla. Me cuenta Nacho que una vez, al tirar la cuerda, en ese mismo bolo se le hizo un nudo de alondra. Las cuerdas están vivas. Después de soltar la cuerda sigo bajando y le doy con el pie a un árbol que no había visto, desprendiéndose una roca del tamaño de un balón de balonmano y cayendo con gran estrépito a la plataforma. Al chocar contra el suelo estalla en múltiples pedazos. Menos mal que no hay nadie todavía. Aun así hay que tener mucho cuidado pues el rapel esta lleno de piedras sueltas. Me retiro de la vertical por si acaso y aun así no me da confianza pues el suelo esta lleno de rocas que parecen haber caído de arriba. Sin mas incidentes bajan los demás. A continuación viene el otro cuarenta. Este impresiona mas porque hace un panza que parece que solo hay vacío detrás. Baja primero Nacho. Pasa el rato y no da la señal. La cuerda esta floja pero no nos atrevemos a bajar hasta que de la señal por si esta haciendo algo con la cuerda. Al cabo de mucho rato oímos dos tenues pitidos. Luego nos dice que ha pitado tres veces y que no bajaba nadie. Nosotros solo hemos oído uno y poco. A pesar de ser solo 40 metros y sin agua, la acústica es muy mala.





Este ultimo rapel termina al lado del túnel al cual podemos acceder por un pasamanos. Hemos dejado aquí una cuerda escondida de 70 metros para no llevarla encima. Este ultimo rapel son sesenta metros limpios, de los que da gusto rapelar. Y con esto terminamos el barranco. El retorno es evidente y muy corto hasta donde hemos aparcado el coche. Recogemos la cuerda desde el túnel y nos vamos a por el coche que hemos dejado arriba. Luego nos pasamos por mi caravana a comer y echar unas cervezas



GARGANTA DE BARROSA

25-06-2016  



Parece que las chicas se van aficionando y hoy vuelven otra vez a barranquear. Hemos escogido la garganta de Barrosa que es corto y muy divertido. Saltos y toboganes varios. A destacar el pedazo tobogan lanzadera que pone a prueba nuestra adrenalina.




Nos vamos haciendo aguadillas en cada sitio que es posible. Voy a hacerle una a Silvia y me da un rodillazo donde mas duele que me deja sentado en el sitio. Espero que haya sido sin querer, jajaja. El tobogan es espectacular. Es bastante largo y al final sales despedido sin control cayendo de espaldas al agua. Este año se ha colmatado la poza y se toca aunque sin problemas. Después del tobogan hay un bicho muerto que huele que apesta. Aunque vamos con cuidado después de pasarlo, acabo echándome un trago que pagare con una ligereza de tripas por la noche. Al acabar el barranco y abrir el bote estanco para comer unos kit kat me doy cuenta que se me ha metido agua. Se me ha perdido la junta de la tapa.







GARGANTA SUPERIOR DEL YESA

11-06-2016   


TEXTO: Sonia Linacero  

Después de varios meses sin ponerme un neopreno, se presenta la oportunidad de hacer un barranco divertido y pasarlo bien.
Rafa nos propone a Isabel y a mi ir al camping de Morillo de Tou donde tiene su rinconcito de descanso y hacer un barranco con unos amigos suyos. Se trata de hacer la Garganta Superior del Yesa, dentro del valle de Vió, en la zona de Aínsa.
Isa y yo salimos temprano y cuando llegamos al camping donde nos esperaba Rafa se palpa cierta expectación en el ambiente: " Es el cumpleaños de Rafa, ha venido sin diente ( lo ha perdido el día de su cumpleaños mordiendo pan) y con dos chicas. A ver como son las "amiguitas" Aquello es como Melrose Place pero en guay. Cada uno tiene en su parcela su casa con todo lujo de detalle y a todo confort. Mucho niño sin consola y jugando al aire libre. Esa misma mañana entre varios están ayudando a montar algo en la parcela de otro. El caso es que nos reciben genial. Presentaciones, saludos, huevo frito, chorizo, café y una breve conversación, que se nos hace tarde y tenemos que marchar.




Llegamos a Buerba y aparcamos en la plaza del pueblo. Como nos queda más de una hora de caminata y el calor es pegajoso, nos calzamos las botas, llenamos las sacas y con los neoprenos a la espalda empezamos el descenso (que luego habrá que subir) hacia el comienzo del barranco. Una vez alli nos enfundamos el neopreno y el equipo y el calor que hace nos azuza a sumergirnos rápido en una poza cercana. Ángel y Rafa son los 'masters' y Sixto, Silvia, Alba, Isabel y yo el resto de la comitiva. No era nuestro primer barranco para ninguno excepto para Alba, que se estrenó con éste. Pero en ninguno de los dos únicos rápeles tuvo ningún problema. Toda una campeona.



El barranco es fácil y divertido con varios saltos y muy rico visualmente. Si ahora en primavera está así de bonito con flores y verde en todos los rincones, no quiero imaginar con los colores que trae el otoño.
Hacer un barranco de este tipo y con los siete que íbamos te permite disfrutarlo de otra manera. Puedes ir a paso "absurdo" (Rafa sic) hacer fotos, aguadillas, mas aguadillas, volver a hacer un salto varias veces, mas fotos, risas,... Y momentos de todo tipo: "Aquí resbala un poco. ¿Que? ZASS!! Culetazo". Toboganes muy WOOOW!, con falsete en la segunda O. La risa contagiosa de Silvia no nos deja reir y nadar al mismo tiempo, y eso supone que mas de uno dé algún trago de agua involuntario, mosquitos incluidos. ¡Ah! El no diente de Rafa estuvo presente durante todo el descenso. Paramos a mitad del barranco a picar algo y descansar un poco.
Salto, foto, tobogán, aguadilla, tobogán,... hasta llegar al final. Nos desenfundamos el neopreno rápido, comemos algo e iniciamos la subida por una cuesta generosa, el mismo sendero que hemos bajado esta mañana, pero ahora algo cansados y con el sol de cara.



Han sido unas tres horas de descenso, que junto con la aproximación y el retorno, en total algo más de cinco.
Llegamos al camping y tenemos preparado un perolón de macarrones que había hecho 'mamma' Pili. Estamos caninos y los devoramos enseguida. Tomamos café con trenza de Almudévar y con el resto de La Familia (dígase con acento de mafia calabresa, juntando las yemas de los dedos de la mano derecha y un ligero movimiento de muñeca) que van apareciendo uno tras otro. Comentamos la jornada, echamos unas risas y decidimos que ya es hora de marchar.
Ha sido todo muy divertido, gracias a Rafa y a la hospitalidad de su gente.
Volveremos. Y no es una amenaza.