11-11-2017
La Grallera, cueva mítica de Guara. El décimo pozo mas grande de España. Allí nos dirigimos emocionados y, porque no decirlo, un poco acojonados por lo que nos vamos a encontrar (los que no la hemos hecho todavía, claro) La primera parada, Arguis. Hay que alimentarse bien antes de empezar y aquí nos tomamos unos buenos huevos fritos.
Dejamos mi coche en el aparcamiento de donde sale la pista hacia la Grallera y nos subimos al todoterreno que nos han dejado para poder subir, ya que la pista está en mal estado y sin el todoterreno es inviable. Vamos así como bastante apretados y en el maletero no cabe un alfiler. Son unos 15 km eternos de pista. A mitad hay un refugio libre en el que pensamos dormir cuando salgamos de la cueva. Hasta pasado el refugio se puede subir con coche normal pero mas allá la pista se pone en muy mal estado y sin el todoterreno tocaría portear. Afortunadamente podemos subir hasta prácticamente la boca con el Patrol. A unos veinte metros tenemos el pozo.
A equiparnos toca. Noe se sienta en su bidón y sin saber como da la perivuelta 😂😂😂. No me da tiempo a sacar la cámara para inmortalizar el momento antes de que se levante como si no se hubiera caído. La boca es bastante espectacular. Solo una oscuridad impenetrable a la vista se hunde en la profundidad del pozo. Me quedo sobrecogido mientras mi mirada se pierde en la oscuridad. Un reto para alguno de nosotros que llevamos poco tiempo en esto de la espeleo y la incertidumbre de si seremos capaces de superarlo. Lo que se baje hay que subirlo y no hay ayuda que valga a tanta profundidad. Dependemos de nosotros mismos. La soledad del espeleólogo le llaman.
Baja a instalar Miguel y a continuación Javier Vallejo con el resto de la cuerda que necesitan. Son 280 metros hasta el fondo. Esperamos un poco nerviosos a que nos digan que ya podemos bajar. Una vez que nos echan el grito va Noe, Marta, con la cámara de video, yo, Javi y Rafa. Siete en total. Son las tres de la tarde. Entre unas cosas y otras nos hemos retrasado bastante aunque tampoco importa mucho, porque lo mismo nos da la hora que salgamos. Allá voy. Cuando voy a encender el frontal no me va. Mecaguen las pilas recargables. Lo probé anoche y lucia bien por lo que no se me ha ocurrido probarlo antes de ponerme a bajar. Tengo que bajar con el de reserva y, como luce mucho menos, no puedo hacer fotos de la bajada en condiciones. El musgo recubre las paredes en los primeros fraccionamientos. Hay que tener cuidado porque hay piedras sueltas y una piedra a los de abajo les podría hacer un destrozo. Los fraccionamientos se suceden sin descanso. Son prácticamente todos volados, sin posibilidad de apoyarte para poder descansar del arnés que se clava inclemente en la carne haciendo de los rapeles un sufrimiento constante. Como les hemos dado bastante ventaja a los que instalan, y Miguel va rápido haciéndolo, la bajada es bastante dinámica sin tener que hacer apenas pausas, lo que se agradece bastante pues el arnés cada vez me duele mas. Por fin "el nicho" a -130 metros donde se puede descansar. Un pequeño cristo nos mira desde una repisa, espero que con buen ojo. Cabemos tres personas mas o menos cómodas. Allí esperamos un poco a que avancen con la instalación de la parte de abajo. La bajada se me hace interminable, parece que no vayamos llegar nunca. ¡Por fin! Ultimo fraccionamiento y.. ya está. Por fin abajo.
Nos vamos de exploración por la galería noroeste. Desde abajo del pozo hay dos cuerdas en fijo para poder subir a explorar las galerías. La que exploramos no es muy larga. Tiene algunas formaciones y unos gours muy chulos al final. A Noe se le está desintegrando una bota y por si acaso no se quede descalza prefiere no arriesgar y quedarse en la entrada de la galería. Después de la exploración nos vamos al pozo principal y comemos y bebemos para coger fuerzas para lo que nos espera. Hay una serpiente muerta y huele un poquito mal. También nos encontramos una semilla que ha germinado y ha brotado en un sitio donde la vida tiene muy difícil el salir adelante. Empieza la subida. Yo voy a desinstalar hasta el nicho y Marta el resto. Primero va Noe, luego Miguel, Javi, Rafa, Vallejo, Marta y por último yo. Cuando se está preparando Vallejo se da cuenta que está pisando un enorme sapo muerto que no hemos visto hasta ahora. Eso es lo que huele tanto. ¡Qué asco!
Empiezo la subida despacio que esto va a ser largo. Voy quitando fraccionamientos y metiendo la cuerda en la saca. Poco a poco eso empieza a coger peso. Hay varios péndulos que no me explico como ha llegado Miguel a poner los mosquetones y ya no te hablo del que a puesto las chapas. Subo pantin, subo puño y paso para arriba, una vez, otra, y otra, paso a paso voy avanzando hacia la meta. Ya no me cabe mas cuerda en la saca. Ahora la llevo colgando. Espero que no se atasque cuando la tenga que recuperar. ¡¡Piedra!! Me pego a la pared y una piedra me pasa silbando cerca de la oreja. El peso cada vez es mayor y yo voy mas cansado. ¿Donde cojon...esta el nicho? Veo luz arriba pero esta muy alto aún. No puede ser tan lejos. Pues es. Parece que no va a llegar nunca y de allí hasta arriba aun quedan otros 130 metros. Tres fraccionamientos. Ya puedo oír claramente a Marta y Vallejo que me están esperando. Dos fraccionamientos. Oigo las palabras de ánimo que me dan. Un fraccionamiento. Eterno. Y por fin... llegué. Hasta el nicho claro, que aun falta un montón hasta la boca. Me bebo un trago de agua fría que me sienta como el culo. Demasiado fría para el estomago y aunque necesito beber no puedo. Llevo encima unos 170-180 metros de cuerda que pesan una tonelada. Allí nos las repartimos entre Vallejo y yo. Menos mal que se ha quedado porque si tengo que subir todo ese peso hasta arriba no llego. Otra vez.. ¡¡piedra!! Pegados a la pared oímos como una piedra esta vez bastante mas grande nos pasa bastante cerca. Sube Javi que va como una moto y en poco rato le pierdo de vista. Yo descanso un poco que tengo el arnés clavado hasta el higadillo. ¡Como duele! Cada vez que me aprieto el casco sale un chorro de sudor que parece no tener fin.
Ala, para arriba. Poco a poco van pasando los fraccionamientos. ¡Pero que largo es esto! Ya se notan los metros. Por un momento se me agarrota el antebrazo derecho y el bíceps izquierdo. Me hago un pequeño masaje hasta que se me pasa. Yo pensaba que habíamos echado una cuerda de cincuenta y luego una de cien así que cuando llego a la unión de cuerdas me doy una alegría. Ya me quedan menos de cincuenta metros. Sigo mas alegre pero, al cabo de lo que me parece una eternidad, encuentro otra unión de cuerdas. Resulta que eran dos cincuentas y una de cien. No me lo puedo creer. Aun me quedan 35- 40 metros. Miro para arriba y a lo lejos veo una claridad. Es la boca brevemente iluminada con un frontal. Sigo subiendo mas animado. Las paredes poco a poco se van cubriendo de musgo, señal de que me queda poco. El cansancio es grande. Me cuelgo del arnés a descansar y mirando hacia arriba veo dos puntos brillantes. Dos estrellas. Me quedo totalmente abstraído sin saber muy bien lo que veo. ¡La boca! ¡Es la boca! Si no fuera porque estoy colgado, daba un brinco. Solo me quedan tres fraccionamientos y ya estoy. Escucho un aleteo a mi lado. Tengo un chovo piquirrojo al lado. Un pájaro del tamaño de un cuervo con un pico bastante grande que se me queda mirando sin inmutarse ¡Por fin! La salida.
Saludos con los que ya están arriba y la alegría de haberlo conseguido. Lo primero quitarme este arnés asesino e irme a mear que no aguanto mas. Me voy al coche a cambiarme y a comer y beber algo para intentar recuperar algo de fuerzas. Vuelvo a la boca que todavía falta Marta por subir. Resulta que los primeros que han subido también han tenido un pequeño problema. Cuando les quedan unos pocos fraccionamientos escuchan el aleteo de unos pájaros. De primeras Noe se pensaba que era el aire que soplaba muy fuerte fuera del pozo hasta que los vio. Mas de un centenar de pájaros bloquean el paso hacia la salida. Los chovos piquirrojos han invadido la cueva al mas puro estilo de una película de Hitchcock. Da mucho reparo pasar a su lado pues son unos pájaros grandes y su largo y afilado pico no es precisamente para estar tranquilo. Pasa Miguel primero. No hay manera de espantarlos. Se le posan en los brazos, los hombros, en el casco, alguno hasta se le caga encima. Al final se cansan y se van. Menos mal. No estaría yo tranquilo con un pájaro de esos en el hombro y viéndole mirar mis ojos como un delicioso manjar. Ahora ya sabemos quien ha tirado las piedras. ¡Cabrones!
Por fin asoma Marta por el borde de la boca. Ha tenido dificultades para quitar las últimas reuniones por culpa del peso de la cuerda. Mientras unos recuperamos la cuerda y la plegamos, otros van al coche a recoger todo. Ahora al refugio en coche y a descansar... o eso pensábamos. No sé quien dice:
- Pues no arranca el coche
Al principio pienso que es de coña. No puede ser. Pues es. ¡Qué bajón! Que ya nos las prometíamos felices con una sopica en una mano y un pacharan en otra. Probamos a hacer varias cosas al coche pero nada, solo conseguimos agotar la batería. Pues nada a andar toca. Unos siete kilómetros hasta el refugio. Cogemos la mochila de la ropa y la comida y nos ponemos a andar. El frío es intenso. El camino está cubierto de escarcha y a la luz de los frontales hace un juego de luces y puntos brillantes muy bonito. Como pensaba que íbamos del coche al refugio pues no me he traído mochila sino una bolsa de deporte con ruedas. Intento hacerla rodar pero el camino no me deja, así que me la cuelgo de la espalda aunque como no está preparada para esto me resulta bastante incómoda. Andando, andando hasta que noto humedad por mi pierna.
- ¡Pues si que moja la escarcha!- pienso para mi
Me miro la pierna y la tengo empapada
- ¡¡Mierda!! ¡¡El agua!!
Se me ha abierto totalmente una botella de litro y medio dentro de la mochila y estaba cabeza abajo. Menos mal que el saco está en la parte de arriba sino vaya noche me hubiera esperado. Al poco de echar a andar pregunto
- ¿Seguro que vamos bien?
Javi lleva un track en el móvil y lo saca. Pues no vamos bien. Ya nos hemos desviado. Solo nos faltaba perdernos en la noche. Menos mal que con el móvil enseguida encontramos de nuevo el camino bueno. Los kilómetros se hacen eternos. Son la mayoría de bajada pero el refugio parece no llegar nunca. Vamos constantemente iluminando fuera del camino no vaya a ser que nos pasemos de largo, que por la noche todos gatos son pardos. Después de mas de hora y media, alegría inmensa cuando lo encontramos. El refugio está muy bien. Limpio, tiene una mesa y un fuego y en la planta de arriba hay tablas de suelo laminado para poner las esterillas. Cenamos mientras se nos van cerrando los ojos y pronto estamos todos en la cama.
No puedo pegar ojo del cansancio que llevo encima. Oigo a unos respirar fuerte y a otros roncar levemente y me dan mucha envidia. Lo poco que duermo es de estos sueños que te da la impresión de estar despierto y no descanso. A las once todos en pie que nos queda un día muy largo por delante.
Noe y yo nos bajamos a mi coche y nos vamos a por el de Noe que lo ha dejado en Huesca. Somos siete por lo que necesitamos dos vehículos para volver en caso de que no consigan arrancar el todoterreno. El resto sube a ver si hay suerte y arranca y a empujar que anoche se quedo sin batería. Vamos bajando por el camino, yo con mi trolley esta vez haciéndolo rodar y Noe con el mono de espeleo cuando nos encontramos con dos ciclistas. Imaginar la impresión que se llevaron al encontrarse a un tío empujando una maleta de ruedas por un camino a tomar pol culo del mundo y a una tía vestida súper rara. Seguro que se estuvieron riendo un buen rato.
Regresamos de Huesca y me llama Miguel para decirme que desmontemos una batería y subamos con ella hasta allí. Me muero. Con la pateada que hay y lo que pesa. Le pito a Noe para que pare pero no se entera y en esto que le sale un tapacubos volando. Me paro a cogérselo y al ver que ya no voy detrás de ella para. Miramos a ver si podemos sacar la batería de mi coche. Resulta que puse un tornillo con allen y no llevamos. Le digo que abra su capo a ver si podemos quitar la suya. Pues al intentar abrirlo nos cargamos la palanca de abrir. ¡Desastre! Pasan unos ciclistas y nos dejan una allen para quitar la mía. Le flojo ese tornillo y seguimos para adelante. Subimos con los coches mas allá del refugio hasta que se pone el camino que no podemos seguir. Me voy al baño detrás de un árbol y cuando vuelvo Noe ha embarrancado. Le patinan las ruedas y no hay manera de salir de la cuesta. Le digo que eche para atrás que hay como una subidilla a ver si con la carrerilla podemos pero al ir marcha atrás se le encalla el coche en una piedra que no vemos.
- Noe ¡desastre!
Llamamos a estos a ver si anulamos la operación batería, que con lo cansado que voy si tengo que subir, reviento. No dicen que están bajando
- Podíais bajaros una cuerda para poder tirar del coche que hemos embarrancado.
- Negativo. Llevamos una hora andando- responden
Han estado empujando el todoterreno, montando polipastos para poder arrastrarlo por el camino, que hasta se han cargado una piedra de tanto tirar pero que no ha habido suerte.
Al poco llegan donde estamos. Todos a empujar. Afortunadamente conseguimos sacarlo. Sin mas incidentes llegamos al refugio. Recogemos las cosas y para abajo hasta Huesca. Allí nos metemos a un mc donals mientras esperamos al hermano de Rafa que viene a buscarnos. Que Noe se va Castiello y si tiene que llevar a dos hasta Zaragoza tiene que dar mucha vuelta. No hemos comido prácticamente nada desde el desayuno por lo que devoramos con ganas las hamburguesas.
A pesar de la paliza ha merecido la pena. Me lo he pasado pipa y el pozo ha sido toda un experiencia. ¡Un gran finde!
La Grallera, cueva mítica de Guara. El décimo pozo mas grande de España. Allí nos dirigimos emocionados y, porque no decirlo, un poco acojonados por lo que nos vamos a encontrar (los que no la hemos hecho todavía, claro) La primera parada, Arguis. Hay que alimentarse bien antes de empezar y aquí nos tomamos unos buenos huevos fritos.
Dejamos mi coche en el aparcamiento de donde sale la pista hacia la Grallera y nos subimos al todoterreno que nos han dejado para poder subir, ya que la pista está en mal estado y sin el todoterreno es inviable. Vamos así como bastante apretados y en el maletero no cabe un alfiler. Son unos 15 km eternos de pista. A mitad hay un refugio libre en el que pensamos dormir cuando salgamos de la cueva. Hasta pasado el refugio se puede subir con coche normal pero mas allá la pista se pone en muy mal estado y sin el todoterreno tocaría portear. Afortunadamente podemos subir hasta prácticamente la boca con el Patrol. A unos veinte metros tenemos el pozo.
EL COCHE A REVENTAR
¡PERIVUELTA! ¡QUE VERGUENZA!
A equiparnos toca. Noe se sienta en su bidón y sin saber como da la perivuelta 😂😂😂. No me da tiempo a sacar la cámara para inmortalizar el momento antes de que se levante como si no se hubiera caído. La boca es bastante espectacular. Solo una oscuridad impenetrable a la vista se hunde en la profundidad del pozo. Me quedo sobrecogido mientras mi mirada se pierde en la oscuridad. Un reto para alguno de nosotros que llevamos poco tiempo en esto de la espeleo y la incertidumbre de si seremos capaces de superarlo. Lo que se baje hay que subirlo y no hay ayuda que valga a tanta profundidad. Dependemos de nosotros mismos. La soledad del espeleólogo le llaman.
Baja a instalar Miguel y a continuación Javier Vallejo con el resto de la cuerda que necesitan. Son 280 metros hasta el fondo. Esperamos un poco nerviosos a que nos digan que ya podemos bajar. Una vez que nos echan el grito va Noe, Marta, con la cámara de video, yo, Javi y Rafa. Siete en total. Son las tres de la tarde. Entre unas cosas y otras nos hemos retrasado bastante aunque tampoco importa mucho, porque lo mismo nos da la hora que salgamos. Allá voy. Cuando voy a encender el frontal no me va. Mecaguen las pilas recargables. Lo probé anoche y lucia bien por lo que no se me ha ocurrido probarlo antes de ponerme a bajar. Tengo que bajar con el de reserva y, como luce mucho menos, no puedo hacer fotos de la bajada en condiciones. El musgo recubre las paredes en los primeros fraccionamientos. Hay que tener cuidado porque hay piedras sueltas y una piedra a los de abajo les podría hacer un destrozo. Los fraccionamientos se suceden sin descanso. Son prácticamente todos volados, sin posibilidad de apoyarte para poder descansar del arnés que se clava inclemente en la carne haciendo de los rapeles un sufrimiento constante. Como les hemos dado bastante ventaja a los que instalan, y Miguel va rápido haciéndolo, la bajada es bastante dinámica sin tener que hacer apenas pausas, lo que se agradece bastante pues el arnés cada vez me duele mas. Por fin "el nicho" a -130 metros donde se puede descansar. Un pequeño cristo nos mira desde una repisa, espero que con buen ojo. Cabemos tres personas mas o menos cómodas. Allí esperamos un poco a que avancen con la instalación de la parte de abajo. La bajada se me hace interminable, parece que no vayamos llegar nunca. ¡Por fin! Ultimo fraccionamiento y.. ya está. Por fin abajo.
Nos vamos de exploración por la galería noroeste. Desde abajo del pozo hay dos cuerdas en fijo para poder subir a explorar las galerías. La que exploramos no es muy larga. Tiene algunas formaciones y unos gours muy chulos al final. A Noe se le está desintegrando una bota y por si acaso no se quede descalza prefiere no arriesgar y quedarse en la entrada de la galería. Después de la exploración nos vamos al pozo principal y comemos y bebemos para coger fuerzas para lo que nos espera. Hay una serpiente muerta y huele un poquito mal. También nos encontramos una semilla que ha germinado y ha brotado en un sitio donde la vida tiene muy difícil el salir adelante. Empieza la subida. Yo voy a desinstalar hasta el nicho y Marta el resto. Primero va Noe, luego Miguel, Javi, Rafa, Vallejo, Marta y por último yo. Cuando se está preparando Vallejo se da cuenta que está pisando un enorme sapo muerto que no hemos visto hasta ahora. Eso es lo que huele tanto. ¡Qué asco!
Empiezo la subida despacio que esto va a ser largo. Voy quitando fraccionamientos y metiendo la cuerda en la saca. Poco a poco eso empieza a coger peso. Hay varios péndulos que no me explico como ha llegado Miguel a poner los mosquetones y ya no te hablo del que a puesto las chapas. Subo pantin, subo puño y paso para arriba, una vez, otra, y otra, paso a paso voy avanzando hacia la meta. Ya no me cabe mas cuerda en la saca. Ahora la llevo colgando. Espero que no se atasque cuando la tenga que recuperar. ¡¡Piedra!! Me pego a la pared y una piedra me pasa silbando cerca de la oreja. El peso cada vez es mayor y yo voy mas cansado. ¿Donde cojon...esta el nicho? Veo luz arriba pero esta muy alto aún. No puede ser tan lejos. Pues es. Parece que no va a llegar nunca y de allí hasta arriba aun quedan otros 130 metros. Tres fraccionamientos. Ya puedo oír claramente a Marta y Vallejo que me están esperando. Dos fraccionamientos. Oigo las palabras de ánimo que me dan. Un fraccionamiento. Eterno. Y por fin... llegué. Hasta el nicho claro, que aun falta un montón hasta la boca. Me bebo un trago de agua fría que me sienta como el culo. Demasiado fría para el estomago y aunque necesito beber no puedo. Llevo encima unos 170-180 metros de cuerda que pesan una tonelada. Allí nos las repartimos entre Vallejo y yo. Menos mal que se ha quedado porque si tengo que subir todo ese peso hasta arriba no llego. Otra vez.. ¡¡piedra!! Pegados a la pared oímos como una piedra esta vez bastante mas grande nos pasa bastante cerca. Sube Javi que va como una moto y en poco rato le pierdo de vista. Yo descanso un poco que tengo el arnés clavado hasta el higadillo. ¡Como duele! Cada vez que me aprieto el casco sale un chorro de sudor que parece no tener fin.
Ala, para arriba. Poco a poco van pasando los fraccionamientos. ¡Pero que largo es esto! Ya se notan los metros. Por un momento se me agarrota el antebrazo derecho y el bíceps izquierdo. Me hago un pequeño masaje hasta que se me pasa. Yo pensaba que habíamos echado una cuerda de cincuenta y luego una de cien así que cuando llego a la unión de cuerdas me doy una alegría. Ya me quedan menos de cincuenta metros. Sigo mas alegre pero, al cabo de lo que me parece una eternidad, encuentro otra unión de cuerdas. Resulta que eran dos cincuentas y una de cien. No me lo puedo creer. Aun me quedan 35- 40 metros. Miro para arriba y a lo lejos veo una claridad. Es la boca brevemente iluminada con un frontal. Sigo subiendo mas animado. Las paredes poco a poco se van cubriendo de musgo, señal de que me queda poco. El cansancio es grande. Me cuelgo del arnés a descansar y mirando hacia arriba veo dos puntos brillantes. Dos estrellas. Me quedo totalmente abstraído sin saber muy bien lo que veo. ¡La boca! ¡Es la boca! Si no fuera porque estoy colgado, daba un brinco. Solo me quedan tres fraccionamientos y ya estoy. Escucho un aleteo a mi lado. Tengo un chovo piquirrojo al lado. Un pájaro del tamaño de un cuervo con un pico bastante grande que se me queda mirando sin inmutarse ¡Por fin! La salida.
LA VIDA SE ABRE CAMINO EN LAOSCURIDAD
COGIENDO FUERZAS PARA LO QUE NOS ESPERA
LA CHOVA PIQUIRROJA
LLEGO DESCOMPUESTO
Por fin asoma Marta por el borde de la boca. Ha tenido dificultades para quitar las últimas reuniones por culpa del peso de la cuerda. Mientras unos recuperamos la cuerda y la plegamos, otros van al coche a recoger todo. Ahora al refugio en coche y a descansar... o eso pensábamos. No sé quien dice:
- Pues no arranca el coche
Al principio pienso que es de coña. No puede ser. Pues es. ¡Qué bajón! Que ya nos las prometíamos felices con una sopica en una mano y un pacharan en otra. Probamos a hacer varias cosas al coche pero nada, solo conseguimos agotar la batería. Pues nada a andar toca. Unos siete kilómetros hasta el refugio. Cogemos la mochila de la ropa y la comida y nos ponemos a andar. El frío es intenso. El camino está cubierto de escarcha y a la luz de los frontales hace un juego de luces y puntos brillantes muy bonito. Como pensaba que íbamos del coche al refugio pues no me he traído mochila sino una bolsa de deporte con ruedas. Intento hacerla rodar pero el camino no me deja, así que me la cuelgo de la espalda aunque como no está preparada para esto me resulta bastante incómoda. Andando, andando hasta que noto humedad por mi pierna.
- ¡Pues si que moja la escarcha!- pienso para mi
Me miro la pierna y la tengo empapada
- ¡¡Mierda!! ¡¡El agua!!
Se me ha abierto totalmente una botella de litro y medio dentro de la mochila y estaba cabeza abajo. Menos mal que el saco está en la parte de arriba sino vaya noche me hubiera esperado. Al poco de echar a andar pregunto
- ¿Seguro que vamos bien?
Javi lleva un track en el móvil y lo saca. Pues no vamos bien. Ya nos hemos desviado. Solo nos faltaba perdernos en la noche. Menos mal que con el móvil enseguida encontramos de nuevo el camino bueno. Los kilómetros se hacen eternos. Son la mayoría de bajada pero el refugio parece no llegar nunca. Vamos constantemente iluminando fuera del camino no vaya a ser que nos pasemos de largo, que por la noche todos gatos son pardos. Después de mas de hora y media, alegría inmensa cuando lo encontramos. El refugio está muy bien. Limpio, tiene una mesa y un fuego y en la planta de arriba hay tablas de suelo laminado para poner las esterillas. Cenamos mientras se nos van cerrando los ojos y pronto estamos todos en la cama.
No puedo pegar ojo del cansancio que llevo encima. Oigo a unos respirar fuerte y a otros roncar levemente y me dan mucha envidia. Lo poco que duermo es de estos sueños que te da la impresión de estar despierto y no descanso. A las once todos en pie que nos queda un día muy largo por delante.
Noe y yo nos bajamos a mi coche y nos vamos a por el de Noe que lo ha dejado en Huesca. Somos siete por lo que necesitamos dos vehículos para volver en caso de que no consigan arrancar el todoterreno. El resto sube a ver si hay suerte y arranca y a empujar que anoche se quedo sin batería. Vamos bajando por el camino, yo con mi trolley esta vez haciéndolo rodar y Noe con el mono de espeleo cuando nos encontramos con dos ciclistas. Imaginar la impresión que se llevaron al encontrarse a un tío empujando una maleta de ruedas por un camino a tomar pol culo del mundo y a una tía vestida súper rara. Seguro que se estuvieron riendo un buen rato.
Regresamos de Huesca y me llama Miguel para decirme que desmontemos una batería y subamos con ella hasta allí. Me muero. Con la pateada que hay y lo que pesa. Le pito a Noe para que pare pero no se entera y en esto que le sale un tapacubos volando. Me paro a cogérselo y al ver que ya no voy detrás de ella para. Miramos a ver si podemos sacar la batería de mi coche. Resulta que puse un tornillo con allen y no llevamos. Le digo que abra su capo a ver si podemos quitar la suya. Pues al intentar abrirlo nos cargamos la palanca de abrir. ¡Desastre! Pasan unos ciclistas y nos dejan una allen para quitar la mía. Le flojo ese tornillo y seguimos para adelante. Subimos con los coches mas allá del refugio hasta que se pone el camino que no podemos seguir. Me voy al baño detrás de un árbol y cuando vuelvo Noe ha embarrancado. Le patinan las ruedas y no hay manera de salir de la cuesta. Le digo que eche para atrás que hay como una subidilla a ver si con la carrerilla podemos pero al ir marcha atrás se le encalla el coche en una piedra que no vemos.
- Noe ¡desastre!
DE TROLLEY POR GUARA
- Podíais bajaros una cuerda para poder tirar del coche que hemos embarrancado.
- Negativo. Llevamos una hora andando- responden
Han estado empujando el todoterreno, montando polipastos para poder arrastrarlo por el camino, que hasta se han cargado una piedra de tanto tirar pero que no ha habido suerte.
Al poco llegan donde estamos. Todos a empujar. Afortunadamente conseguimos sacarlo. Sin mas incidentes llegamos al refugio. Recogemos las cosas y para abajo hasta Huesca. Allí nos metemos a un mc donals mientras esperamos al hermano de Rafa que viene a buscarnos. Que Noe se va Castiello y si tiene que llevar a dos hasta Zaragoza tiene que dar mucha vuelta. No hemos comido prácticamente nada desde el desayuno por lo que devoramos con ganas las hamburguesas.
A pesar de la paliza ha merecido la pena. Me lo he pasado pipa y el pozo ha sido toda un experiencia. ¡Un gran finde!
A TIRAR DE POLIPASTO (FOTO DE MIGUEL)