LOS INICIOS
La idea es ir a Larissa en coche y desde allí coger las bicis. Primer problema: ninguna compañía de alquiler de coches tiene ninguno disponible y son muy caros. Así que cambio de planes. Nos vamos a ir en tren a la costa norte del Peloponeso. Afortunadamente nos dejan montar las bicicletas en el tren. Nos vamos a Taito. Justo cuando pasábamos por el canal de Corintio me han llamado y al volver la cabeza me lo he perdido. Lastima. Montamos las bicis en la estación de tren. Las bicis están un poco maltrechas por el viaje y los maltratos del aeropuerto. A mi me han roto un pedal pero sin problemas. A Almudena le han doblado el eje de la rueda delantera y la maneta de cambio y a Víctor le han partido dos radios. ¡Y empieza lo bueno!
Hoy hacemos una etapa suave, para calentar un poco. Nos alojamos en el camping de Akrata. Por la noche nos vamos a comer al pueblo que esta a unos pocos de kilómetros. Carmelo esta malo. No puede soltar gases ni por arriba ni por abajo. Se va a dormir sin comer así que tiene que estar malo de verdad. Luego en el camping vomita un poco.
Carmelo duerme fuera de la tienda, dice que dentro hace mucho calor. Mejor, mas ancho estaré. No madrugamos mucho por lo que nos toca pedalear con todo el calor.
En cuanto vemos una farmacia paramos para comprar algo para Carmelo, haber si se le pasa. No hay manera de entenderse. Le digo a Carmelo que haga como si se tira pedos pero me dice que le da vergüenza. Almudena llama a su hermana que es médico para que le diga los compuestos genéricos para esa dolencia. Nos pegamos bastante rato en la farmacia pero no tenemos prisa. Adentro se esta fresco y la farmacéutica esta muy buena. Al final el farmacéutico llama a un médico y da la casualidad que este habla español y por fin podemos conseguir lo que queríamos.
Con el aire a favor vamos bastante ligeros. A lo lejos se vislumbra de repente el puente que cruza del Peloponeso al otro lado. Es impresionante. Los pilares miden 160 metros de altura y el puente es muy largo.
Llegamos a Patras y nos vamos a la estación del ferry. Nos compramos un hornillo en un supermercado porque no ha habido manera de encontrar bombonas roscadas para el que llevamos. Nos hacemos unos macarrones para cenar en mitad de un puerto deportivo. Aprovechando unos bancos y unos árboles que hay.
Hoy hacemos una etapa suave, para calentar un poco. Nos alojamos en el camping de Akrata. Por la noche nos vamos a comer al pueblo que esta a unos pocos de kilómetros. Carmelo esta malo. No puede soltar gases ni por arriba ni por abajo. Se va a dormir sin comer así que tiene que estar malo de verdad. Luego en el camping vomita un poco.
Carmelo duerme fuera de la tienda, dice que dentro hace mucho calor. Mejor, mas ancho estaré. No madrugamos mucho por lo que nos toca pedalear con todo el calor.
En cuanto vemos una farmacia paramos para comprar algo para Carmelo, haber si se le pasa. No hay manera de entenderse. Le digo a Carmelo que haga como si se tira pedos pero me dice que le da vergüenza. Almudena llama a su hermana que es médico para que le diga los compuestos genéricos para esa dolencia. Nos pegamos bastante rato en la farmacia pero no tenemos prisa. Adentro se esta fresco y la farmacéutica esta muy buena. Al final el farmacéutico llama a un médico y da la casualidad que este habla español y por fin podemos conseguir lo que queríamos.
Con el aire a favor vamos bastante ligeros. A lo lejos se vislumbra de repente el puente que cruza del Peloponeso al otro lado. Es impresionante. Los pilares miden 160 metros de altura y el puente es muy largo.
Llegamos a Patras y nos vamos a la estación del ferry. Nos compramos un hornillo en un supermercado porque no ha habido manera de encontrar bombonas roscadas para el que llevamos. Nos hacemos unos macarrones para cenar en mitad de un puerto deportivo. Aprovechando unos bancos y unos árboles que hay.
CORFU
Cogemos el ferry a medianoche. La gente esta tirada por los pasillos incluso en cubierta, alguno a puesto ¡una tienda de campaña! Encontramos un rincón en el pasillo. Extendemos las esterillas y los sacos encima de la moqueta y a dormir.
Llegamos a Corfu al amanecer. La isla tiene muy buena pinta. Nos hacemos los nueve kilómetros que nos separan del camping. El suelo esta durísimo. No hay manera de clavar bien las piquetas. Después de doblar varias renuncio a clavarlas mucho. Esperemos que no se levante aire. Tampoco pongo el doble techo.
No vamos al otro lado de la isla, a la playa. Hay una buena subida hasta allí. Buscamos un sitio donde comer tranquilos. Seguimos un poco por la carretera y después de una corta pero intensa subida llegamos a un monasterio con una explanada. Hay unas buenas vistas a los acantilados y un bordillo que aprovechamos para ponernos a comer allí. Después de comer nos bajamos a la playa.
Dejamos las bicis atadas a una farola. Carmelo y yo nos compramos unas gafas de bucear con tubo y nos vamos a hacer snorkel. Mis gafas son una mierda. Me hacen un daño terrible y no para de meterse agua, por lo que cada poco las tengo que vaciar. A Carmelo también se le mete agua. Vamos siguiendo los acantilados. Se ven bancos de peces y también vemos un rape y una estrella de mar y bastantes erizos. La visibilidad es excelente y disfrutamos bastante. Mas tarde nos alquilamos un kayak y una barca a pedales. Íbamos a alquilar solo kayak para todos pero no nos atrevimos a dejar las carteras en la playa, así que alquilamos el patinete porque allí se podían llevar sin riesgo de mojarse. El patinete es una paliza, como si no hubiéramos pedaleado suficiente, ¡toma barca a pedales! Pasamos un rato entretenido y nos echamos unas risas.
En la bici llevo una cesta la cual he cubierto con una bolsa de basura para que si llueve no se me moje lo de dentro. Cuando vamos a coger las bicis me encuentro con una lata de acuarius dentro de la cesta ¡la han confundido con una papelera! De camino al camping estos se van a buscar una tienda donde les puedan arreglar los radios. Yo me voy al camping porque voy escocido y no estoy para pedalear mucho.
Llegamos a Corfu al amanecer. La isla tiene muy buena pinta. Nos hacemos los nueve kilómetros que nos separan del camping. El suelo esta durísimo. No hay manera de clavar bien las piquetas. Después de doblar varias renuncio a clavarlas mucho. Esperemos que no se levante aire. Tampoco pongo el doble techo.
No vamos al otro lado de la isla, a la playa. Hay una buena subida hasta allí. Buscamos un sitio donde comer tranquilos. Seguimos un poco por la carretera y después de una corta pero intensa subida llegamos a un monasterio con una explanada. Hay unas buenas vistas a los acantilados y un bordillo que aprovechamos para ponernos a comer allí. Después de comer nos bajamos a la playa.
Dejamos las bicis atadas a una farola. Carmelo y yo nos compramos unas gafas de bucear con tubo y nos vamos a hacer snorkel. Mis gafas son una mierda. Me hacen un daño terrible y no para de meterse agua, por lo que cada poco las tengo que vaciar. A Carmelo también se le mete agua. Vamos siguiendo los acantilados. Se ven bancos de peces y también vemos un rape y una estrella de mar y bastantes erizos. La visibilidad es excelente y disfrutamos bastante. Mas tarde nos alquilamos un kayak y una barca a pedales. Íbamos a alquilar solo kayak para todos pero no nos atrevimos a dejar las carteras en la playa, así que alquilamos el patinete porque allí se podían llevar sin riesgo de mojarse. El patinete es una paliza, como si no hubiéramos pedaleado suficiente, ¡toma barca a pedales! Pasamos un rato entretenido y nos echamos unas risas.
En la bici llevo una cesta la cual he cubierto con una bolsa de basura para que si llueve no se me moje lo de dentro. Cuando vamos a coger las bicis me encuentro con una lata de acuarius dentro de la cesta ¡la han confundido con una papelera! De camino al camping estos se van a buscar una tienda donde les puedan arreglar los radios. Yo me voy al camping porque voy escocido y no estoy para pedalear mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario