29-11-2015
El autobús a Wadi Rum me pasa a buscar por la puerta del hotel a las 6:20 de la mañana. Solo hay este autobús en todo el día. Solo vamos cuatro turistas en el y algún local. Cuando llegamos nos dice que el precio normal es de 7 dinares pero como vamos pocos que le demos diez. Eso si, a los de allí no les veo pagar tanto. Estoy hasta los mismísimos de que me timen. En todos países siempre cobran de mas al turista pero son pequeñas cantidades. Lo de aquí es demasiado. En ningún país he sentido que me robaran de estas formas y de manera continuada. Por lo menos me deja en la puerta de la agencia.
Allí me tienen otro buen rato esperando, cosa que aprovecho para echarme la siesta, que con el madrugón tengo un sueño... Y continuamos con los timos. Me habían dicho que el tour valía 35 JD pero me dice que como soy el único pues a pagar mas. Me ofrece tres tour, uno de 40JD otro de55JD y por ultimo, uno de 75JD. Como el recorrido del de 40JD me parece muy escueto, me cojo el de 55JD.
Me suben a un jeep y me llevan a la fuente de Lawrence. Decir que Wadi Rum es un desierto formado por granito y arenisca a 1600 metros de altitud. En occidente se lo conoce porque era el desierto donde Lawrence de arabia lo uso como base de operaciones en la rebelión árabe.
Me paran al lado de una tienda nómada y me explican un poco de la fuente. Una pequeña tubería lleva el agua hasta un abrevadero desde bastante arriba de la montaña. Allí llevan a beber a los animales. Luego me dicen que puedo escalar hasta ella. Así que para arriba que voy. El agua nace dentro de una cuevecilla, al lado de uno de los pocos arboles que se ven por aquí. Apenas sale un hilo de agua.
De aquí nos vamos a una duna de arena. También subo a ella para tener mejores vistas del desierto. Para el que nunca ha subido una duna de arena, decirle que es una autentica paliza. Los pies se hunden y se van hacia atrás. Pronto tengo el corazón a mil por hora. De aquí nos vamos justo al frente en el que esta el cañón de Khaz´ali. Esto me gusta mas. Lastima no llevar cuerdas para poder bajarlo. Entro por la desembocadura. Pronto hay agua y me tengo que descalzar para seguir remontandolo aunque al poco hay un resalte de unos cuatro metros y tengo que darme la vuelta.
El siguiente punto son puentes de roca, el pequeño y el grande. Por estos dos puentes he pagado el segundo tour y me lo podía haber ahorrado. El pequeño es una tontada y el grande tampoco es la gran cosa. Me subo a el y el guía me echa unas fotos. Después de esto me lleva al campamento en el que voy a dormir y se va después de decirme que vendrán mas turistas. Al cabo de bastante rato vuelve y me lleva a otro campamento en el que ya esta el resto. Estamos dos argentinos (que viven en Ibiza) , dos coreanos, padre e hijo, una pareja de Francia y una americana. Nos subimos a unas rocas que hay detrás para ver el anochecer. La paz y la tranquilidad que se respira es absoluta. No hay mas que desierto, con formaciones rocosas que se alzan de la arena, hasta donde alcanza la vista.
Nos reunimos alrededor del fuego de la chimenea a hablar un poco. Es curioso que para la poca vegetación que hay, usan mucho la leña. Luego a cenar. Hay un agujero en el suelo rodeado de una chapa. Dentro han metido una bandeja de hierro de tres alturas con pollo, patatas y cebolla. Y encima le han puesto una tapa y la han cubierto de arena. Encima de la arena han hecho un fuego y ... vuala, ya tenemos la cena. Ademas de eso hay arroz y varias salsas con vegetales. A las ocho de la tarde ya solo quedamos, al lado del fuego, los argentinos y dos beduinos que no tardan mucho también en irse. A las nueve entra la americana e intenta cerrar la ventana. No puede y se va. Al rato vuelve y nos dice que si podemos hablar mas bajo, que no le dejamos dormir. ¡¡Si son las nueve de la noche!! Nunca me habían echado la cantada por meter bulla ¡¡a las nueve!! ¿La gente viene de vacaciones a dormir?
Nos vamos a las piedras donde hemos visto el anochecer a estar mas tranquilos. La bóveda nocturna esta repleta de estrellas y vislumbramos las sombras de las montañas a lo lejos. Aunque hace un poco de frío, por la espectacular visión del cielo estrellado, merece la pena aguantarlo.
A las cinco y media de la mañana nos levantamos y subimos otra vez a las piedras a ver el amanecer. No ha subido nadie mas. Aun están todos durmiendo. ¿Para eso para que se echan a dormir tan pronto? ¡¡Si llevan diez horas!! Nos damos cuenta de que detrás de donde estábamos anoche no hay ninguna tienda por lo que no nos explicamos porque molestábamos a la americana, hasta que vemos a alguien levantarse de un colchón que hay al raso y es ella. En fin, hay gente para todo.
No se oye absolutamente nada. El silencio es total y solo es roto un instante por el graznido de un cuervo a lo lejos. Respiramos paz y serenidad mientras nos vamos sumergiendo en nuestros pensamientos. No se oye el viento, ni animales, nada. Nunca había estado en un sitio tan silencioso. Es sobrecogedor. Da la impresión que el mundo se ha acabado y estamos inmersos en la nada.
Bajamos a desayunar y los perezoso ya van apareciendo. Después de desayunar nos preparamos para volver al pueblo de Wadi Rum. cuando estamos ya todos subidos al jeep, se dan cuenta que llevamos una rueda casi en el suelo. Sacan una bomba y la conectan a la batería, pero no va. A grandes males grandes remedios. Sacan el hornillo con la bombona de butano. La desconectan del hornillo y se la meten a la rueda. Hinchan la rueda con el butano. No estamos muy tranquilos con una rueda llena de gas. Ahora podemos decir que...¿vamos a todo gas? jajaja
Los coreanos tienen un coche alquilado con el que han venido y de paso han traído a los argentinos. Les sobra una plaza y se ofrecen a llevarme a Petra. Que majos. Se lo agradezco bastante. El padre tiene 70 años y es un líder budista por eso lo de ayudar a los demás. Vamos un poco apretados pero mucho mejor que en autobús, que menudo chasco se ha llevado cuando a visto que nos íbamos en coche. Sera el karma por haberme timado antes.