27-06-2016
Estando en Morillo de Tou me han llamado un grupo del club de montaña Pirineos para decirme que están por la zona y que si quiero barranquear con ellos. Convenzo al Ángel para que se venga también. Hemos quedado con ellos en el túnel en el cual sale el escape de la gran vertical final. Como vamos bastante pronto nos tomamos tranquilamente un café en Saravillo . A continuación nos acercamos al túnel. No estamos seguros de cual es aunque nos han dicho que el tercero viniendo de Saravillo. El equipo ya ha llegado por lo que acertamos sin problemas. Dejamos aquí un coche y subimos con otros dos por la pista que sale un poco antes de llegar a Saravillo a mano izquierda. El camino tiene unos badenes bastante profundos en los cuales me golpean los bajos del coche varias veces. Después de varios kilómetros de pista llegamos a la cabecera del barranco. Ponemos un pequeño barril de cerveza a enfriar en el río para tenerlo fresco a la salida y nos encasquetamos los neoprenos. Javi no puede hacer el barranco por un golpe que se dio el sábado en el barranco del Sein así que se va con el coche a dar vueltas mientras los demás hacemos el Gallines
Baja poca agua y aprieta un poco la calor que apaciguamos en alguna pequeña poza. Cae alguna aguadilla aunque este barranco no se precie mucho a ello. Eli, si gritas cuando te hacen una aguadilla inevitablemente vas a tragar agua jajaja. El principio del barranco son una serie de pequeños rapeles consecutivos sin mucho interés hasta que se llega a la gran vertical de 140 metros. Aquí es donde empieza a fluir la adrenalina y los nervios hacen que se forme un nudo en el estomago. Un gran patio se asoma a nuestros pies y al fondo divisamos los arboles tan diminutos que nos hacen darnos cuenta de la gran altura a la que nos hallamos. El rapel esta fraccionado en tres partes, dos rapeles de cuarenta y uno de sesenta. Después de los dos de cuarenta hay un escape por el cual, por medio de un pasamanos, podemos salir al túnel donde hemos dejado los coches.
En el primer cuarenta bajo yo primero. Este rapel acaba en una gran plataforma. Durante el rapel hay un gran bolo en el que se ha atascado la cuerda. Tengo que pendulear un poco para poder soltarla. Me cuenta Nacho que una vez, al tirar la cuerda, en ese mismo bolo se le hizo un nudo de alondra. Las cuerdas están vivas. Después de soltar la cuerda sigo bajando y le doy con el pie a un árbol que no había visto, desprendiéndose una roca del tamaño de un balón de balonmano y cayendo con gran estrépito a la plataforma. Al chocar contra el suelo estalla en múltiples pedazos. Menos mal que no hay nadie todavía. Aun así hay que tener mucho cuidado pues el rapel esta lleno de piedras sueltas. Me retiro de la vertical por si acaso y aun así no me da confianza pues el suelo esta lleno de rocas que parecen haber caído de arriba. Sin mas incidentes bajan los demás. A continuación viene el otro cuarenta. Este impresiona mas porque hace un panza que parece que solo hay vacío detrás. Baja primero Nacho. Pasa el rato y no da la señal. La cuerda esta floja pero no nos atrevemos a bajar hasta que de la señal por si esta haciendo algo con la cuerda. Al cabo de mucho rato oímos dos tenues pitidos. Luego nos dice que ha pitado tres veces y que no bajaba nadie. Nosotros solo hemos oído uno y poco. A pesar de ser solo 40 metros y sin agua, la acústica es muy mala.
Este ultimo rapel termina al lado del túnel al cual podemos acceder por un pasamanos. Hemos dejado aquí una cuerda escondida de 70 metros para no llevarla encima. Este ultimo rapel son sesenta metros limpios, de los que da gusto rapelar. Y con esto terminamos el barranco. El retorno es evidente y muy corto hasta donde hemos aparcado el coche. Recogemos la cuerda desde el túnel y nos vamos a por el coche que hemos dejado arriba. Luego nos pasamos por mi caravana a comer y echar unas cervezas
Estando en Morillo de Tou me han llamado un grupo del club de montaña Pirineos para decirme que están por la zona y que si quiero barranquear con ellos. Convenzo al Ángel para que se venga también. Hemos quedado con ellos en el túnel en el cual sale el escape de la gran vertical final. Como vamos bastante pronto nos tomamos tranquilamente un café en Saravillo . A continuación nos acercamos al túnel. No estamos seguros de cual es aunque nos han dicho que el tercero viniendo de Saravillo. El equipo ya ha llegado por lo que acertamos sin problemas. Dejamos aquí un coche y subimos con otros dos por la pista que sale un poco antes de llegar a Saravillo a mano izquierda. El camino tiene unos badenes bastante profundos en los cuales me golpean los bajos del coche varias veces. Después de varios kilómetros de pista llegamos a la cabecera del barranco. Ponemos un pequeño barril de cerveza a enfriar en el río para tenerlo fresco a la salida y nos encasquetamos los neoprenos. Javi no puede hacer el barranco por un golpe que se dio el sábado en el barranco del Sein así que se va con el coche a dar vueltas mientras los demás hacemos el Gallines
Baja poca agua y aprieta un poco la calor que apaciguamos en alguna pequeña poza. Cae alguna aguadilla aunque este barranco no se precie mucho a ello. Eli, si gritas cuando te hacen una aguadilla inevitablemente vas a tragar agua jajaja. El principio del barranco son una serie de pequeños rapeles consecutivos sin mucho interés hasta que se llega a la gran vertical de 140 metros. Aquí es donde empieza a fluir la adrenalina y los nervios hacen que se forme un nudo en el estomago. Un gran patio se asoma a nuestros pies y al fondo divisamos los arboles tan diminutos que nos hacen darnos cuenta de la gran altura a la que nos hallamos. El rapel esta fraccionado en tres partes, dos rapeles de cuarenta y uno de sesenta. Después de los dos de cuarenta hay un escape por el cual, por medio de un pasamanos, podemos salir al túnel donde hemos dejado los coches.
En el primer cuarenta bajo yo primero. Este rapel acaba en una gran plataforma. Durante el rapel hay un gran bolo en el que se ha atascado la cuerda. Tengo que pendulear un poco para poder soltarla. Me cuenta Nacho que una vez, al tirar la cuerda, en ese mismo bolo se le hizo un nudo de alondra. Las cuerdas están vivas. Después de soltar la cuerda sigo bajando y le doy con el pie a un árbol que no había visto, desprendiéndose una roca del tamaño de un balón de balonmano y cayendo con gran estrépito a la plataforma. Al chocar contra el suelo estalla en múltiples pedazos. Menos mal que no hay nadie todavía. Aun así hay que tener mucho cuidado pues el rapel esta lleno de piedras sueltas. Me retiro de la vertical por si acaso y aun así no me da confianza pues el suelo esta lleno de rocas que parecen haber caído de arriba. Sin mas incidentes bajan los demás. A continuación viene el otro cuarenta. Este impresiona mas porque hace un panza que parece que solo hay vacío detrás. Baja primero Nacho. Pasa el rato y no da la señal. La cuerda esta floja pero no nos atrevemos a bajar hasta que de la señal por si esta haciendo algo con la cuerda. Al cabo de mucho rato oímos dos tenues pitidos. Luego nos dice que ha pitado tres veces y que no bajaba nadie. Nosotros solo hemos oído uno y poco. A pesar de ser solo 40 metros y sin agua, la acústica es muy mala.
Este ultimo rapel termina al lado del túnel al cual podemos acceder por un pasamanos. Hemos dejado aquí una cuerda escondida de 70 metros para no llevarla encima. Este ultimo rapel son sesenta metros limpios, de los que da gusto rapelar. Y con esto terminamos el barranco. El retorno es evidente y muy corto hasta donde hemos aparcado el coche. Recogemos la cuerda desde el túnel y nos vamos a por el coche que hemos dejado arriba. Luego nos pasamos por mi caravana a comer y echar unas cervezas
No hay comentarios:
Publicar un comentario