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BUCEO EN ISLA HAVELOCK, INDIA

26-01-2017  


Como ayer me eche a dormir muy pronto, hoy a las seis y media ya estaba despierto. Me levanto con mucho hambre y no tengo nada para comer en la cabaña, así que me visto, me aseo un poco, y me voy a desayunar como dios manda a ver si hay algo abierto a estas horas. Nada más salir hay un restaurante y allí me quedo. Anoche fui a cenar a uno muy pichi y  eso se nota en el precio que por unas patatas fritas y una Coca-Cola me clavaron 240 Rs. Y encima casi no tenían  cosas para elegir.  Hoy prefiero tirar de restaurantes locales que son más baratos y tienen variedad. Me pido dos huevos fritos, tostadas de ajo, y un panqueque de nutella. Casi me he pasado de pedir.  Pero vamos, que no me dejo nada en el plato. Vuelvo a la cabaña y  al entrar el recepcionista me da el carnet de identidad y el de conducir. ¡¡Se me debió caer ayer y no me había dado ni cuenta!! Y menos mal que no me di cuenta sino preocupado toda la noche. ¡Qué cabecica!
 Luego, como es pronto me doy un paseo hasta el pueblo nº2. Hay un montón de motos, mas de 50, haciendo fila con la policía. No sé que pasara. Vuelvo al hotel y me acerco a la playa que aún no la he visto. He leído que fue elegida la mejor playa del mundo del 2004. Me recibe una arena blanca salpicada de palmeras con unas aguas prístinas azul turquesa que son una delicia a los sentidos. La contra, lo sucio que tienen todo. Botellas y basura salpican la playa y en la parte de la selva hay zonas que parecen un vertedero. Esto es India y la suciedad se extiende hasta en los sitios más paradisiacos. Con lo poco que les costaría tenerlo limpio. Porque además todos los resort acaban en la playa, y la suciedad que se amontona en la parte de la selva tiene que ser de ellos. De hecho para acceder a la playa desde cualquier sitio hay que atravesar los resort. Nadie te dice nada por pasar por ellos.




Hasta las once no he quedado para el buceo. Voy a donde he hecho la reserva y  de allí me llevan en moto al centro de buceo. Hoy la inmersión consiste en un refresco de conocimientos, parece que no se fían mucho, y una corta inmersión. Me dicen que el refresco me lo dan gratis pero con la corta inmersión que hemos hecho pues es como si lo pagara. Por un lado que  te hagan un refresco  está bien, porque eso denota profesionalidad y te da confianza en ellos. Por otro lado yo preferiría ir directo al grano. El equipo se ve que está en buenas condiciones y bastante cuidado. Me equipo y me da una chapa en ingles la cual más o menos entiendo y lo que no me da igual pues debajo del agua no se puede hablar. Yo a todo le digo que sí. Vamos al agua. Me llevan el equipo hasta allí lo cual es un alivio para mi espalda que el equipo de buceo pesa lo suyo. La entrada al agua es un poco guarra porque vamos pisando por rocas  sumergidas que me hacen perder el equilibrio continuamente y no me gustaría pisar un erizo de mar.



MENU DEL RESTAURANTE

Ultimas instrucciones antes de sumergirnos y para abajo. Nos ponemos de rodillas en el fondo del mar y allí a practicar.  Lo típico del open wáter. Vaciar la máscara, quitársela y volverla a poner, que anda que no me escuecen luego los ojos, compartir regulador, flotabilidad etc. Siempre viene bien recordar estas cosillas. Luego nos damos una inmersión por los alrededores. Se ve algún coral, peces nemo, peces luna, un pez león etc. Yo no conozco los nombres de casi ninguno. Los que más me impresionan son unos enormes que no había visto nunca. Me dice el nombre pero ni idea de lo que ha dicho. Solo hemos bajado sobre 5 metros y me sobran 130 bares en la botella cuando salimos.





Me voy al hotel, cojo las cosas para hacer snorkel y vuelvo donde he estado buceando. Paro a comer un arroz al limón que pica que enciende y de allí al snorkel. Ha bajado bastante la marea y entra al agua es una putada. Hay que andar un montón de rato por las rocas con mucho cuidado. Esta vez veo dos caballitos de mar y debajo de una piedra lo que creo que es una langosta. Después de esto voy a preguntar la hora para mañana. Resulta que no podemos hacer mañana inmersión desde barco porque hay falta de combustible en la isla. Por eso era la fila de motos de esta mañana para solicitar gasoil. Debe estar racionado. Así que haremos la inmersión desde playa. Me han prometido que los otros tres días si que serán desde barco y que si no hace viento iremos a la zona de los tiburones. A ver si es verdad.





Son las doce y media y hay un montón de algo que suena a patos metiendo una escandalera que no hay quien duerma. Me parece que se me ha quemado la calva porque me escuece un montón. 

ISLA HAVELOCK, ANDAMAN, INDIA

24-01-2017 
 


Mal empezamos el día, preludio de lo que me espera. A las ocho de mañana me tocan a la puerta. Abro y me encuentro al de recepción que tengo que hacer la salida.
-Anoche me dijiste que el check out era a las diez- le replico airado
-Que tengo otro huésped- me contesta
Allí estamos discutiendo. Al final le digo de muy mala ostia que necesito diez minutos para recoger todo y   le cierro la puerta. Recojo las cosas y me piro escaleras abajo. Le digo algo de muy mala leche y me dice que me deja otro cuarto hasta las diez. A las diez menos diez ya me está echando.


Cojo un rickshaw al puerto y allí tengo que esperar dos horas a que parta el barco.  En una pequeña tienda me cojo el desayuno que consiste en unos panes ázimos, que yo solo quería el pan, y me los pone en un plato con algo que parecen judías y una mezcla de verduras. No está del todo malo. Se coge el pan con la mano, en teoría con la derecha, porque la izquierda es la impura con la que se lavan el culo cuando cagan. Lo malo es que yo soy zurdo y no me acabo de acostumbrar a usar la derecha. Se coge el pan y se rellena con lo que me han puesto en el plato y para adentro. No ponen cubiertos. Todo se come con la mano.  Por 40Rs ya he desayunado.
La salubridad deja mucho que desear. Al lado hay un rio en el que hay más mierda y basura que agua y que destila un olor pestilente. Un rio con personalidad propia. Vamos que si te caes,  en vez de ahogarte podrías andar por encima,  salir de él y morirte a causa de los seres microscópicos y no tan pequeños que lo habitan y que estarán encantados de hacer de tu cuerpo su nueva casa por un breve espacio de tiempo. Hasta que la espiches vamos. 



En el puerto hay que hacer cola para que te sellen el billete. Total que eso de un yate y demás era tongo. Es el ferri estatal. El mismo que coge todo el mundo. Pero bueno, como no había en taquilla pues he tenido que morir al palo. Eso sí, estoy en la mejor clase. Mientras esperamos a que desembarquen los que llegan de la isla me doy cuenta que tengo algo blanco en la parte de debajo de la mochila. La abro y… ¡sorpresa! Se me ha vaciado el bote de la espuma de afeitar entero dentro de la mochila. Me pongo a limpiarlo con el papel del culo lo mejor que puedo. Noto todas las miradas centradas en mí, con disimuladas y no tan disimuladas sonrisas. ¡Qué vergüenza! Un indio me da unos papeles para que la limpie pero he quitado lo gordo, cierro la mochila y ya lo limpiare mejor en el hotel.

RIO LLENO DE MIERDA

Esta el aire acondicionado a tope, menos mal que soy previsor y llevo en la mochila de mano  una camiseta de manga larga. En cuanto salimos del puerto sale todo el mundo en tropel para asomarse a la barandilla y todo el mundo a hacerse fotos y sefies. En poco rato han montado una fiesta. Música india a todo volumen y todo el mundo a bailar como en las películas de Bollywood.¡¡Pita, pita, pita deeel!! El que no se divierte porque no quiere. Llegamos a  puerto sin problemas. El equipaje lo van lanzando de la bodega y los pasajeros nos arracimamos como borregos detrás de una cuerda que evita que nos lancemos sin control a por ellas. Un cartel nos da la bienvenida a la isla Havelock. 


¿Cómo es posible que no haya un solo tuc-tuc  esperando a los pasajeros? Solo taxis de coche. Me piden 500 Rs ni más ni menos por llevarme a la playa cinco que está a unos cuatro kilómetros. Menudo robo y además no dejan regatear. Hay un grupo de turistas al que me pego a ver qué hacen. Van también de un lado a otro buscando transporte. Al final cogen un taxi y me ofrecen unirme a ellos para compartirlo. Somos seis personas con mochilas grandes en un coche que apenas caben cinco pero nos las apañamos bien. Total el trayecto es corto.
Me dirijo a dive india que aunque por internet me dijeron que no tienen alojamiento no me cuesta probar y además quiero reservar el buceo de estos días. Pues ni tienen sitio para dormir ni para bucear. ¡Desastre! Voy preguntando por varios resort y todos están llenos. Me estoy empezando a desesperar un poco. Esto no pinta nada bien. Me encuentro con un alemán con el que he coincidido en el taxi y el ha conseguido alojamiento para dos días pero está buscando para el resto. Con mi limitado ingles, creo que me está ofreciendo compartir la habitación porque le ha salido bastante cara, 40 euros al día. De todas maneras seguimos preguntando hasta que por fin en uno tienen sitio para toda la semana. Me sale a 1300 Rs (20 euros)) la cabaña con baño por noche que visto lo visto no está mal de precio.




Ahora toca reservar el buceo. Echo a andar calle arriba a ver si encuentro algún centro de buceo. Hay una tienda que anuncian inmersiones y entro a preguntar. La verdad es que no me he enterado de la mitad de las cosas que me ha dicho. Al final contrato diez inmersiones con ellos. Me dice que el primer día es de refresco pero que eso es gratis, que no me lo cobran, y luego haremos una inmersión porque mañana no hay bote, o eso me parece entender. Y luego al día siguiente haremos tres y el resto dos. A ver qué tal va la cosa. Por diez inmersiones me cobran 26250 rupias, unos 37 euros la inmersión. ¡Qué caro es bucear! Espero que merezca la pena el esfuerzo de haber venido hasta aquí. Me tienen que llevar en moto a un cajero para sacar dinero pues no tengo tanto y los bancos están cerrados para poder cambiar euros. Solo deja sacar de 10000 en 10000Rs. Y ya con la cuenta de ahorros mas vacía me voy a cenar y a un merecido descanso. Hasta las once no he quedado para el buceo. Madrugan poco. 



PORT BLAIR, ISLAS ANDAMAN, INDIA

23-01-2017
 

Anoche me picaron los mosquitos a base de bien. Me ha estado picando toda la noche. He dormido a ratos y no demasiado bien. Total que podía haberme quedado más rato en la cama. Otra vez que sale el avión con retraso. Esta vez una hora tarde. A la llegada a Port Blair, nada más llegar a inmigración hay unas mesas a mano izq. en las que hay que rellenar un papel con datos. Luego te ponen sello en el pasaporte. Es como una visa para las islas a parte de la visa oficial de  India. No hay que pagar nada. Mientras me están sellando el pasaporte me trae una mujer la maleta hasta allí. Eso no me había pasado nunca.



Esta vez sí que consigo dinero de un cajero automático en el aeropuerto. Como siempre los taxistas un poco pesados. Al final me voy con uno en un rickshaw que me pide 150 Rs pero le regateo 100. Me lleva al embarcadero, que aunque ya no hay ferris a estas horas, voy a ver si puedo sacar billete para mañana. El del taxi me enseña un panfleto de un yate que va a las islas Havelock pero que vale 5 veces más que con el ferri estatal. Por supuesto le digo que nanai. Me para en el embarcadero y se me acerca uno diciendo que esta todo lleno que coja el yate. Como a estos me los conozco y no me fio le digo que primero voy a preguntar. Tenía razón. No hay billetes para mañana ni para pasado. Así que tengo que morir al palo. Y encima tengo que coger la clase más cara que me sale a 1250 Rs (19 euros)



Por otras 100Rs el taxista me lleva a la agencia a comprar el billete y luego a un hotel. Tenemos que ir a varios pues  están todos llenos. En el último que vamos me piden 1500 Rs por una habitación con A/A y 1000 sin aire. Después de enseñarme la habitación le digo que es muy cara y le regateo. Al final me la deja en 800Rs que aun así me parece mucho, pero no tengo ganas de dar más vueltas y acepto. En cada sitio que entras, hotel, ciber, etc te piden el pasaporte y se lo llevan a hacer una  copia. Eso siempre me deja bastante intranquilo así que esta vez le digo que ya la hare yo y se la daré luego. Me hago varias para las siguientes veces.
Voy a pasear por el bazar de Aberdeen una vez que ha anochecido. Esto es India. Caos, caos y más caos. Los sonidos y los olores de todo tipo inundan mis sentidos. Los coches motos y rickshaw circulan sin orden ni concierto. Los pitidos son constantes. Un coche que viene, un paso atrás, pitido de una moto, otro paso atrás, ahora otro hacia delante, cuidado que viene coche, esquiva a una chica que viene de frente, pitidos, bocinazos y mas pitidos, por el rabillo del ojo veo movimiento, cuidado, paso atrás, moto que frena, esquívala, bocinazos y mas bocinazos, todo es caótico. Pronto pongo el piloto automático. Esquivo por instinto. Noto algo por el rabillo del ojo, paso atrás, paso adelante o ya me esquivaran. No puedo estar pendiente todo el rato al 100%.  Es de noche y casi no se me ve. Confío en la suerte. Al principio me sobresalto pero pronto me acostumbro a obviar los pitidos, coches y demás vehículos. Voy por la calzada y los vehículos me van evitando o si los veo los evito yo. Cruzar la calle es un arte. Paso adelante, dos atrás, tres adelante, cuidado que no te ven, esquivo rickshaw por los pelos y ya estoy al otro lado. De vez en cuando voy por la acera que para llegar a ella hay que atravesar por algún hueco que hayan dejado las cientos de motos aparcadas en batería sin orden ni concierto. En España se queja la gente porque haya una baldosa rota y se puedan tropezar. Aquí la acera consiste en unos bloques rectangulares de hormigón, cada uno a distinto nivel, inclinados, torcidos, partidos, o llenos de agujeros, por no hablar de rejas de alcantarillas rotas, que más vale que no metas el pie porque tiene toda pinta de haber un ejército de ratas al acecho esperando que algún ingenuo penetre en su territorio. También hay que tener cuidado con las canaletas que surcan los laterales de la acera, pues el liquido putrefacto y la olor maloliente que sale de ellos no invita precisamente a caerse en ellos. Y además algunos están a un desnivel considerable cuando la acera asciende por escaleras. Hay partes en que la acera se estrecha o en que las tiendas han plantado su mercancía y casi no hay sitio para pasar. A pesar del peligro de atropello veo más seguro y más cómodo circular por la calzada. Todo es cuestión de acostumbrarse.




Una vez en el hotel, reviso los billetes de avión y no me lo puedo creer. Como puedo ser tan inútil. Me he cogido la vuelta de las islas Andaman para el 1 de marzo en vez del 1 de febrero. Ya puedo ir a sacar otro billete. Espero poder recuperar algo de dinero si lo cancelo pero me parece que mínimo pierdo 50 euros. Mi enfado es monumental y me digo de todo a mí mismo. Me voy a un ciber que tiene una conexión lenta no, lo siguiente. Me armo de paciencia para sacarme el billete nuevo. Después de esto me voy a cenar a un restaurante. La verdad es que ninguno tiene buena pinta pero en fin. Hay que tener cuidado porque a mucha gente se le ha fastidiado las vacaciones en la India por unas diarreas brutales. A mí no me ha pasado ninguna de las dos veces que he estado, pero por si acaso mejor prevenir. Me pido un arroz frito de huevo, que el arroz va bien para no tener que ir mucho al baño y  además no suele ser picante porque la inmensa mayoría de la comida de la India pica que enciende. Ya al hotel a relajarme y a descansar que la espalda se resiente de llevar la mochila a cuestas. 



MI CENA

VIAJE A LA INDIA

22-01-2017


Nueva aventura. Esta vez vuelvo a mi amada India, concretamente a las islas Andaman para bucear, a Bombay y a la zona sur si me queda algo de tiempo. Me pasó una putada al sacar los billetes de avión a las islas. Resulta que llego a Chennai el domingo a las tres de la tarde y me saco el billete para volar a Andaman a las dos de la madrugada, pero… ¡no me doy cuenta que esa hora ya es lunes y me lo saco para el domingo! ¡¡Desastre!! Me sale más caro cambiarlo que sacar otro nuevo, 100 euros a la basura. Y justo el día de antes de irme se me rompe el móvil. Otros 100 euros más. Espero que cambie mi suerte sino esto puede ser épico.


Este año me iba a ir sin mirar si necesitaba vacunas, pues en el centro de vacunación internacional solo están por la mañana y yo por la mañana trabajo, como mucha gente. Es una vergüenza que no abran por lo menos un día por la tarde para los que no podemos ir en otro momento. Pero resulta que una semana antes de la partida me ha dado un lumbago que no me puedo ni menear y he estado una semana de baja, por lo que me he podido acercar. Me da el lumbago un poco más tarde y me fastidian las vacaciones. Solo me han dado para la malaria, y me mandan al médico de cabecera para que me haga la receta. Otra vergüenza más. Me dan cita para dentro de una semana que ya estaré en India. Al final, después de mucho insistir me dice que espere, que si la doctora tiene un hueco ya me llamara. Espero una hora sin que me llamen y me voy que tengo cita con el dentista. Hare como siempre, bien de repelente, ropa larga y clara y… ¡suerte!

DORMITORIO COMPARTIDO

Como siempre me preparo la mochila a última hora. Son las once de la mañana y no tengo nada preparado y el autobús a Madrid sale a las dos y veinte. Llego a tiempo a la estación por cinco minutos. ¡Eso es apurar! Los dos aviones que tengo que coger salen con retraso. El primero hasta Delhi ya me lo habían dicho hace días. El que va a Chennai es sorpresa, sale dos horas más tarde. No hay películas en español en el avión, menos mal que tengo mucho sueño y me duermo enseguida. Aun así no se descansa bien.
Me he sacado la e-visa. O sea la visa a través de internet. Esto es una ventaja porque si no hay que mandar el pasaporte a Madrid y te evitas muchas molestias. Además así sale más barata. Eso sí, casi te preguntan hasta como cagas. Dos horas para rellenar todas las preguntas que hacen. Muchas de ellas no me explico para que quieren saber eso. En un par de días te mandan la confirmación de la visa, que hay que imprimir para mostrarla allí. La e-visa no es válida para todos países ni para todos los aeropuertos. Hay que asegurarse antes. Al ir a facturar la maleta me piden la confirmación de la misma. A la llegada a India hay un cartel que te manda a una ventanilla aparte donde te sellan el pasaporte con esa visa. De allí me voy a por la mochila. Huele a desodorante que mata. Como no lleva tape se ha debido apretar y se ha vaciado entero. Y el tape de la espuma de afeitar también se ha roto y me ha llenado el neceser de espuma.
Llevaba idea de coger el metro e irme a un hotel porque el avión a Andaman me sale a las doce del día siguiente pero descubro que hay un restroom en el aeropuerto. Por 700 Rs (unos diez euros al cambio) puedo dormir en un dormitorio compartido. Un pelín caro para ser un dormitorio compartido pero así me evito el tener que buscar por la ciudad y dar vueltas como un tonto. Lo primero es sacar dinero. Lo intento en unos seis cajeros y no hay manera. No me dan dinero en ninguno. Pero no es por culpa de mis tarjetas porque me fijo que le pasa a más gente. Al final tengo que cambiar. No me gusta cambiar en el aeropuerto porque el cambio suele ser muy desfavorable. De hecho el cambio está a 70 Rs euro y me lo hacen a 58.
Esto está lleno de mosquitos. Me he traído Malarone que es para la malaria. Cuento a ver si me llegan las pastillas por lo menos para mi estancia en Andaman pero no. Tengo pocas. Las guardaré por si me diera la malaria. Al revisar el medicamento me llevo una agradable sorpresa. ¡Me encuentro 40 euros! Serán de algún otro viaje que se me olvidaron allí.

Con esto del jet lag son las cuatro de la mañana y no puedo dormir.


BARRANCO BERGAZO

08-01-2017


Me levanto y me abrigo para salir de la caravana. Hace mucho frío como para prepararme unos huevos fritos por lo que opto por unas magdalenas. El coche me marca 5,5 grados bajo cero. Un poco mas de calor que ayer. He quedado con el resto en fiscal para hacer el barranco Bergazo, a ver si lo pillamos con formaciones de hielo.
Desde fiscal, por el camping, cogemos el camino que va a dirección a Bergua. Sin entrar al pueblo dejamos el coche al lado del camino que esta en buenas condiciones. Nos cambiamos aquí. Algunos optamos por abrigarnos un poco y los valientes van en bañador. Hace bastante frío aunque solo es cuestión de tiempo que caliente el sol. Cruzamos el pueblo en dirección a las pasarelas del Forcos que cruzaremos y cogeremos el camino que lleva a Escartin. Hay carteles que marcan la dirección por lo que de momento es difícil perderse. Nosotros en vez de empezar desde el principio que no tiene mucho interés optamos por entrar mas adelante. La senda en las partes sombrías esta llena de cristales de hielo muy espectaculares. Luego, en las zonas de sol, el hielo desaparece.





Reseña de la pagina http://www.barranquismo.net/paginas/barrancos1/bergazo.htm

OPCIÓN: Entrada directa a la parte engorgada. Si queremos evitar la parte inicial del barranco, abierta y de menor interés, entraremos desde una senda que parte de una curva de la PR117 antes de llegar a la población de Escartín. En una curva muy marcada a la izquierda con la señal de PR en ángulo (mojonada), sale un sendero fácil de seguir unos 20 m hasta un mirador y luego va siguiendo la curva de la ladera sin perder cota. Desde el mirador el camino (sin balizar) aparece bastante vestido de vegetación en algunos tramos. Esta senda, ganando un poco de cota, nos lleva hasta un camino empedrado en desuso. Siguiéndolo, llegaremos a un derrumbe del camino, que sortearemos y volveremos a subir para volver a tomar el camino que nos lleva hasta el cauce, dejándonos cerca de la cabecera del rápel 4. 


La senda esta muy desdibujada y nos guiamos por el GPS que lleva Miguel Angel. Aun así eso no nos evita el jabalinear y comernos zarzas, pinchos y demás armas mortales que la naturaleza ha dispuesto para poner las cosas difíciles a los desdichados barranquistas que se atrevan a desafiarla. A algunos le van apareciendo finas marcas rojas en las piernas que aumentan con el paso de los minutos. Mariano acaba con las piernas en perdición. Parece que le ha atacado una gata salvaje. Y Marta acaba con un fino arañazo cruzandole la mejilla. Por fin llegamos al barranco. Aprovechamos que ya empieza a subir la temperatura para comer antes de cambiarnos. Frutos secos, fuet, chocolatinas e incluso.. ¡una cerveza que saca Jose! El cauce esta helado y los crampones se vuelven imprescindibles. 





El barranco esta precioso aunque apenas tiene formaciones de hielo. El cauce esta helado y los destrepes son delicados y tenemos que tener mucho cuidado. La capa de hielo es bastante gruesa y podemos pasar por las poza sin que se rompa el hielo y evitar mojarnos. De vez en cuando se nos rompe alguna y aprovechamos para echar guerras y tirarnos enormes trozos de hielo para salpicarnos. En una de las pozas vemos unas fascinantes formas debajo del hielo. Son burbujas que se han congelado. Espectaculares. De vez en cuando aparecen bellas estalactitas de hielo aunque en pequeñas cantidades. Hay un rapel con una preciosa poza verde debajo que hace las delicias a los ojos. Como el agua está helada el agua está completamente en calma y transparente. llegamos a un pasillo en ligera rampa descendente sin ninguna piedra. Decidimos hacer un tobogan, sin talento ni conocimiento porque el pasillo acaba en un rapel de 17 metros. Se ponen Miguel Angel y Mariano para pararnos. Lo que no habíamos contado es..  ¡que llevamos puestos los crampones! Con lo que eso de pararnos se puede complicar un poco. Yo acabo parando en unas piedras. Es super divertido. Nos quedamos con las ganas de repetirlo pero lo dejamos a ver si nos vamos a ir para abajo. 





De momento apenas nos hemos mojado en una poza y los pies de vez en cuando. Aun así los pies los llevo helados. Llegamos al barranco Forcos y aquí si que hay una gran y preciosa formación de hielo en una de las paredes. Algunos quieren seguir adelante por el barranco y otros salir ya por el camino porque estamos helados. Al final se opta por seguir. Aquí si que se han acabado las pozas heladas. y nos tenemos que meter hasta el cuello. Ya hace un rato que nos hemos quitado los crampones y salvo algún destrepe con un poco de hielo, que bajamos con cuidado, ya no nos hacen falta mas. Ahora si que tengo frío de verdad. El dedo meñique casi ni lo siento. Hay arboles con las ramas a ras del agua en los que se ha acumulado el hielo dandoles bellas formas acampanadas. Tenemos que hace algún salto muy a mi pesar y es tocar el agua y ponerme a nadar a toda velocidad para salir. Hemos tenido suerte con el tiempo porque hace un día muy bueno. Estaremos a unos 10 grados. Lo malo es que ya se ha ido el sol y eso se nota mucho en la temperatura. 
A la vuelta me quito los guantes de neopreno y me caliento las manos. Me duelen al descongelarse pero poco a poco voy recobrando la sensibilidad. Unos mastines nos vienen a recibir en el camino de vuelta. Menos mal que hay una valla porque uno le pega un bocado a la valla que da miedo. 
Ya al coche, a Fiscal y al lado de una estufa, con unas cervezas y un pincho de tortilla, nos relajamos después de esta gran aventura. 




GRUTA HELADA DE SOASO

07-01-2017  


Ya llega la primera cueva del año y para ir a consonancia con el clima nos metemos a una gruta helada, de las que ya quedan pocas en el pirineo. Vamos una buena cuadrilla del club Pirineos, dieciséis personas en total. Cuando he salido de Morillo de Tou para venir aquí hacía ocho grados bajo cero pero afortunadamente cuando ha salido el sol ha subido la temperatura hasta el punto de que hemos pasado bastante calor en la aproximación. Desde Linas de Broto se coge una pista cerrada con una cadena. Con permiso y las llaves se puede subir con el coche un buen trozo y te quitas una buena pateada. Aun así, desde donde se puede dejar aun nos quedan mas de 700 metros de desnivel hasta la boca. Algunos llevamos puestos los monos desde el coche y esto, sumado a las fuertes rampas, hacen que la sudada y el calor sean importantes. El día es esplendido al igual que las vistas que se extienden a nuestros pies y que nos deleitan nuestros sentidos.



Poco a poco en la subida se van haciendo varios grupos en función del estado de forma de cada uno. Así cuando lleguemos a la gruta lo haremos escalonadamente y no habrá atascos. A mitad de camino ya se puede apreciar la entrada a la cueva en el farallón que queda encima de nosotros a nuestra derecha. Vemos claramente la grieta, que rompe la pared,  de unos veinte metros de altura y que hay que remontar para llegar a la boca de la cavidad. Para ser enero hay muy poca nieve. Se alternan los claros y la nieve y hasta que llegamos a la pendiente final que nos conduce a la grieta, la podemos obviar. Al poco de empezar la pendiente nos tenemos que parar a ponernos los crampones que la cosa empieza a ser un poco peligrosilla para ir sin los mismos. Y así llegamos a la grieta. Hay una cuerda para ayudarnos en la subida pero la mayor parte esta enterrada en la nieve. Vamos subiendo con cuidado y sin mas problemas llegamos arriba.




En la boca de entrada vemos varias bonitas formaciones de hielo. Hay que tener cuidado con el suelo que esta helado aunque no lo parezca. De echo algunos nos pegamos buenos patinazos sin llegarnos a caer. Aquí nos quitamos los crampones y para adentro. La boca es muy amplia de varios metros de altura pero pronto nos tenemos que agachar para continuar. Por encima también tiene continuidad pero no esta montada la cuerda y es mas rápido y seguro ir por abajo. Toda la cueva esta instalada por lo que superar los obstáculos es bastante fácil. Primero hay unos pasamanos que se superan sin problemas. Luego llegamos a una rampa después de la cual hay un pasamanos que salva una galería desfondada. Hay que esperar a que el otro acabe el pasamanos porque la rampa esta llena de piedras sueltas que nos acompañan rodando en nuestra bajada y serian peligrosas si se pusiera alguien debajo. A continuación se llega a otros pasamanos que finalizan en un rapel guiado. Te deja un poco alto pero haciendo contraposción entre las dos paredes te puedes soltar sin problemas. Y por fin la sala final a la que accedemos por otro rapel guiado. Yo no me he dado cuenta que es guiado y me han tenido que tirar de la cuerda para alcanzar la lengua de hielo que tenemos a nuestros pies.



Yo me esperaba ver formaciones de hielo a lo largo de la cueva pero no había ni una, ni siquiera un poco de hielo. En la sala final si que hay una gran lengua de hielo pero por lo que dicen los que han estado anteriormente en la gruta, esta muy disminuida. La verdad es que esperábamos pasar frío dentro de la cueva y a sido todo lo contrario. Y de echo las paredes se estaban derritiendo. Lo primero ponernos los crampones porque esto es hielo puro y resbala que da gusto. Luego vamos debajo de la lengua mediante un pequeño rapel y nos dedicamos a intentar sacar alguna foto decente del hielo. Cuando acaba de bajar el último, empezamos a retornar los primeros mientras les dejamos que disfruten ellos del hielo. Aunque la cueva es totalmente lineal y aunque parezca mentira nos perdemos. Llegamos a un punto que no nos suena nada y siguiendo hacia adelante llegamos a la boca de la cueva ¡pero por arriba! Y como no hay nada instalado no podemos bajar. Retrocedemos y no hay manera de encontrar el paso. Al final era por un agujero que visto de frente parecía ciego y no se ve el paso hasta que te asomas.



Conforme vamos llegando echamos un bocado y para abajo. Nos queda poco de sol y nos tenemos que dar prisa. Las montañas nevadas con los tonos rojizos del anochecer nos alegran el alma y se suman a la satisfacción y la alegría que llevamos encima por el esplendido día que hemos pasado. Cuando llegamos a los coches nos encontramos una mochila en medio de todos ellos. ¡Alguien se la ha olvidado esta mañana! Menos mal que pasa poca gente por aquí. El ultimo grupo llega al coche de noche. Ahora una buena cerveza en "el ultimo bucardo" en Linas, una foto de grupo y a descansar que nos lo hemos ganado.


    foto de Miguel Anguel