11-08-2012
Las Gloces, en mi opinión, es uno de los barrancos mas bonitos del Pirineo Aragonés. Para estas fechas baja muy poca agua y casi no corre pero aun así merece mucho la pena. Varios rapeles, el mas alto de 18 metros, toboganes y saltos discurriendo entre altas paredes. El barranco empieza en el pueblo de Fanlo. El camino de aproximación empieza en una caseta de información que hay a la entrada del pueblo. Solo hay que seguirlo hasta el río.
Vamos un grupo de 7 personas, alguno con poca experiencia. Uno tiene pequeñas dudas al asomarse al primer rapel pero, con un poco de insistencia por nuestra parte, conseguimos que no se eche para atrás. El barranco discurre Sin problemas y nos lo tomamos con parsimonia disfrutando de tan soberbio paisaje.
Cuando ya queda poco para acabar, pasamos a un grupo en el que hay un crío muy pequeño que esta tiritando mucho, otra cría, un chico y una chica de unos 15 años y un adulto. Seguimos para adelante. Hacemos un tobogan y despues viene un rapel de unos 4 o 5 metros. Lo monto y bajo. Se oye llorar a un crío y me dicen que me espere. Pepe retrocede hasta el tobogan para ver si necesitan ayuda y se encuentra que el padre tira al crío por el tobogán. Lo coge abajo y el padre le dice que lo suelte que sabe nadar muy bien. El chaval se esta echando buenos tragos de agua y tirita de malas maneras y el Pepe no lo suelta. Se lo trae hasta el rapel. Me bajan al chavalin y a la cría. Y nos los llevamos hasta el final del barranco sin esperar a nadie. El chico no para de tiritar y ni nos contesta a lo que le decimos. Saco la manta térmica mientras llegan los demás. EL padre le quita el neopreno y dice "parece que tiene un poco de frió". Eso es lo que yo llamo tener poca preocupación. El chaval tiene un principio de hipotermia clarisimo. Justo viene un guía que esta haciendo un trabajo de cartografía del barranco y le pone también su manta térmica y le hace ponerse al padre dentro para dar calor al chico. Nos dice que participa en rescates y salvamento así que enseguida toma el timón del asunto. Le da de comer al chico y no para de hablarle. A los 20 minutos mas o menos de estar en las mantas aun tiene los pies helados y nos dice que le duelen las piernas. Al final se recupera poco a poco.
Es increíble la inconsciencia de la gente. El crío tiene 7 años. El padre va sin casco y sin escarpines y es el único del grupo que sabe hacer barrancos. Si le pasa algo ¡¿Que hacen el resto?! Y solo se le ocurre decir que "tiene un poco de frío". Y lo peor es que, según el guía, ya es el tercero con el que tiene que usar la manta térmica este mes.
A pesar de ser la sexta vez que hago este barranco, ya me tiraba para el sitio que no era y es que nada mas salir del barranco hay un mojón pero no es por allí para el retorno sino un poco mas adelante. Y después de cambiarnos al bar de Fanlo a la terraza. Tendría que haber uno de estos en cada barranco.
Las Gloces, en mi opinión, es uno de los barrancos mas bonitos del Pirineo Aragonés. Para estas fechas baja muy poca agua y casi no corre pero aun así merece mucho la pena. Varios rapeles, el mas alto de 18 metros, toboganes y saltos discurriendo entre altas paredes. El barranco empieza en el pueblo de Fanlo. El camino de aproximación empieza en una caseta de información que hay a la entrada del pueblo. Solo hay que seguirlo hasta el río.
Vamos un grupo de 7 personas, alguno con poca experiencia. Uno tiene pequeñas dudas al asomarse al primer rapel pero, con un poco de insistencia por nuestra parte, conseguimos que no se eche para atrás. El barranco discurre Sin problemas y nos lo tomamos con parsimonia disfrutando de tan soberbio paisaje.
Cuando ya queda poco para acabar, pasamos a un grupo en el que hay un crío muy pequeño que esta tiritando mucho, otra cría, un chico y una chica de unos 15 años y un adulto. Seguimos para adelante. Hacemos un tobogan y despues viene un rapel de unos 4 o 5 metros. Lo monto y bajo. Se oye llorar a un crío y me dicen que me espere. Pepe retrocede hasta el tobogan para ver si necesitan ayuda y se encuentra que el padre tira al crío por el tobogán. Lo coge abajo y el padre le dice que lo suelte que sabe nadar muy bien. El chaval se esta echando buenos tragos de agua y tirita de malas maneras y el Pepe no lo suelta. Se lo trae hasta el rapel. Me bajan al chavalin y a la cría. Y nos los llevamos hasta el final del barranco sin esperar a nadie. El chico no para de tiritar y ni nos contesta a lo que le decimos. Saco la manta térmica mientras llegan los demás. EL padre le quita el neopreno y dice "parece que tiene un poco de frió". Eso es lo que yo llamo tener poca preocupación. El chaval tiene un principio de hipotermia clarisimo. Justo viene un guía que esta haciendo un trabajo de cartografía del barranco y le pone también su manta térmica y le hace ponerse al padre dentro para dar calor al chico. Nos dice que participa en rescates y salvamento así que enseguida toma el timón del asunto. Le da de comer al chico y no para de hablarle. A los 20 minutos mas o menos de estar en las mantas aun tiene los pies helados y nos dice que le duelen las piernas. Al final se recupera poco a poco.
Es increíble la inconsciencia de la gente. El crío tiene 7 años. El padre va sin casco y sin escarpines y es el único del grupo que sabe hacer barrancos. Si le pasa algo ¡¿Que hacen el resto?! Y solo se le ocurre decir que "tiene un poco de frío". Y lo peor es que, según el guía, ya es el tercero con el que tiene que usar la manta térmica este mes.
A pesar de ser la sexta vez que hago este barranco, ya me tiraba para el sitio que no era y es que nada mas salir del barranco hay un mojón pero no es por allí para el retorno sino un poco mas adelante. Y después de cambiarnos al bar de Fanlo a la terraza. Tendría que haber uno de estos en cada barranco.
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