09-04-2016
Barro, barro y mas barro es el resumen de esta cueva.
Vamos el viernes a dormir al refugio que tiene peña guara que esta al lado de la sima. La pista para llegar es eterna. Por momentos pensamos que nos hemos perdido pero no, al final llegamos. Unas longanizas y chorizos a la brasa acompañados de unos culines de sidra nos amenizan la noche.
A eso de las diez llegamos a la entrada de la sima. Corre un airecillo que, mientras instalan la entrada de la cueva, nos deja helados hasta que nos dan los rayos de sol que aparecen entre las nubes. Instalan dos vías para ir mas rápido. La cueva tiene todo tipo de dificultades. Rapeles fraccionados, gateras, rampas, una estrecha diaclasa, etc... El barro hace acto de presencia nada mas entrar en la cueva y va aumentando según penetramos en ella. Las gateras tienen dos dedos de barro y agua. Pasamos con las puntas de los pies intentando que no toquen las rodillas con el agua pero por mucho que lo intentamos pronto estamos mojados y cubiertos de barro. Comemos en la sala de la campana y es imposible no masticar tierra. No tengo ni un centímetro sin barro para rascarme el ojo.
El paso mas famoso de la cueva es la diaclasa de varios metros llamada el paso del egipcio denominada así porque hay que pasar de lado poniendo una pose que recuerda a las posturas que salen en los papiros de los egipcios. Una vez dentro no se puede girar la cabeza de lo estrecho que es. Yo entro, no se porque, con la cabeza mirando hacia atrás y, a lo que me doy cuenta, ya no puedo girar la cabeza. Otro problema es que hay que ir con el arnés y los aparatos porque la diaclasa acaba en un pozo. Salvamos el pozo por medio de un pasamanos y hay dos vías instaladas en fijo para subir a las galerías superiores.
Una vez que estoy arriba suben varios mas y luego pasa mucho rato sin que aparezca nadie. Parece que uno a tenido algún problema en un fraccionamiento. Se nos ha hecho muy tarde y nos bajamos sin que suban todos. El paso del egipcio me resulta mas difícil a la vuelta. Se me atasca varias veces el arnés de pecho y tengo que retroceder para liberarlo. La vuelta es mas rápido. Uno se pone malo, posiblemente un corte de digestión, y lo pasa bastante mal para salir. A lo que salimos es casi de noche y vamos de barro desde la punta de los pies a la cabeza.
Al día siguiente nos vamos ha hacer el barranco de los estrechos de carracua. Es un barranco muy bonito de iniciación. Baja bastante agua y esta turbia impidiendo ver la recepción de las pozas. El agua esta muy fría. En poco mas de una hora lo hemos terminado.
Barro, barro y mas barro es el resumen de esta cueva.
Vamos el viernes a dormir al refugio que tiene peña guara que esta al lado de la sima. La pista para llegar es eterna. Por momentos pensamos que nos hemos perdido pero no, al final llegamos. Unas longanizas y chorizos a la brasa acompañados de unos culines de sidra nos amenizan la noche.
A eso de las diez llegamos a la entrada de la sima. Corre un airecillo que, mientras instalan la entrada de la cueva, nos deja helados hasta que nos dan los rayos de sol que aparecen entre las nubes. Instalan dos vías para ir mas rápido. La cueva tiene todo tipo de dificultades. Rapeles fraccionados, gateras, rampas, una estrecha diaclasa, etc... El barro hace acto de presencia nada mas entrar en la cueva y va aumentando según penetramos en ella. Las gateras tienen dos dedos de barro y agua. Pasamos con las puntas de los pies intentando que no toquen las rodillas con el agua pero por mucho que lo intentamos pronto estamos mojados y cubiertos de barro. Comemos en la sala de la campana y es imposible no masticar tierra. No tengo ni un centímetro sin barro para rascarme el ojo.
El paso mas famoso de la cueva es la diaclasa de varios metros llamada el paso del egipcio denominada así porque hay que pasar de lado poniendo una pose que recuerda a las posturas que salen en los papiros de los egipcios. Una vez dentro no se puede girar la cabeza de lo estrecho que es. Yo entro, no se porque, con la cabeza mirando hacia atrás y, a lo que me doy cuenta, ya no puedo girar la cabeza. Otro problema es que hay que ir con el arnés y los aparatos porque la diaclasa acaba en un pozo. Salvamos el pozo por medio de un pasamanos y hay dos vías instaladas en fijo para subir a las galerías superiores.
Una vez que estoy arriba suben varios mas y luego pasa mucho rato sin que aparezca nadie. Parece que uno a tenido algún problema en un fraccionamiento. Se nos ha hecho muy tarde y nos bajamos sin que suban todos. El paso del egipcio me resulta mas difícil a la vuelta. Se me atasca varias veces el arnés de pecho y tengo que retroceder para liberarlo. La vuelta es mas rápido. Uno se pone malo, posiblemente un corte de digestión, y lo pasa bastante mal para salir. A lo que salimos es casi de noche y vamos de barro desde la punta de los pies a la cabeza.
Al día siguiente nos vamos ha hacer el barranco de los estrechos de carracua. Es un barranco muy bonito de iniciación. Baja bastante agua y esta turbia impidiendo ver la recepción de las pozas. El agua esta muy fría. En poco mas de una hora lo hemos terminado.
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