21-03-2015
Después de mucho tiempo, nueva salida del club de montaña Herrera, esta vez a la selva de Irati. Las previsiones del tiempo no auguran nada bueno pero aun así decidimos ir. Si llueve, unos chubasqueros y apañao.
Desde Zaragoza hay buen trozo hasta allí por carreteras no muy buenas. Se nota la diferencia de carreteras de pasar de Aragón a Navarra. Se nota que hay mas dinero en Navarra. Como el tiempo lo dan malo casi no hay gente, lo cual es de agradecer, sobre todo a la hora de aparcar porque no se ve que haya muchos sitios. Nos vamos a hacer la ruta que da la vuelta al embalse, unos 12 kilómetros. Arboles desnudos se alzan sobre el manto de hojas que cubre los caminos. Andamos por el paisaje teñido de tonos ocres, amarillos y rojos y nos maravillamos de la singular belleza del lugar. Las hayas son el árbol mas abundante de la zona pero también encontramos otras especies como abetos, pinos, arces, robles etc. y todos se alzan majestuosos, testigos del discurrir del tiempo.
De vez en cuando nos encontramos con grandes arboles caídos en el camino y tenemos que sortearlos como mejor podemos, a veces saltandolos y a veces agachandonos y de vez en cuando los rodeamos. El suelo cubierto de hojas esta húmedo y resbaladiza y a pesar de poner cuidado me acabo cayendo un buen culetazo. La lluvia nos respeta y nos deja disfrutar del día sin mojarnos. Al final de la caminata nos acompañan dos perros que no sabemos si son de alguno de la zona o se han perdido.
Después de mucho tiempo, nueva salida del club de montaña Herrera, esta vez a la selva de Irati. Las previsiones del tiempo no auguran nada bueno pero aun así decidimos ir. Si llueve, unos chubasqueros y apañao.
Desde Zaragoza hay buen trozo hasta allí por carreteras no muy buenas. Se nota la diferencia de carreteras de pasar de Aragón a Navarra. Se nota que hay mas dinero en Navarra. Como el tiempo lo dan malo casi no hay gente, lo cual es de agradecer, sobre todo a la hora de aparcar porque no se ve que haya muchos sitios. Nos vamos a hacer la ruta que da la vuelta al embalse, unos 12 kilómetros. Arboles desnudos se alzan sobre el manto de hojas que cubre los caminos. Andamos por el paisaje teñido de tonos ocres, amarillos y rojos y nos maravillamos de la singular belleza del lugar. Las hayas son el árbol mas abundante de la zona pero también encontramos otras especies como abetos, pinos, arces, robles etc. y todos se alzan majestuosos, testigos del discurrir del tiempo.
De vez en cuando nos encontramos con grandes arboles caídos en el camino y tenemos que sortearlos como mejor podemos, a veces saltandolos y a veces agachandonos y de vez en cuando los rodeamos. El suelo cubierto de hojas esta húmedo y resbaladiza y a pesar de poner cuidado me acabo cayendo un buen culetazo. La lluvia nos respeta y nos deja disfrutar del día sin mojarnos. Al final de la caminata nos acompañan dos perros que no sabemos si son de alguno de la zona o se han perdido.
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