De este barranco salio la famosa frase ¡¡La chaqueta no, la chaqueta no!! ¡¡Que frío pasamos!! Dijimos de no coger la chaqueta de neopreno porque era un barranco seco que solo tenia tres pozas, y así nos ahorramos un poco de peso. Eran pequeñas pero matonas. Casi nos da algo. La aproximación la hicimos con niebla y un frío del cagarse. A Gregorio se le abre la botella de agua que llevaba y se le escurre por toda la espalda. ¡Que gustico con el frío que hace! Lo raro es que con la niebla que hay y no nos perdemos.... apenas. Solo un poco para entrar en el barranco.
En un rapel se nos atasca una cuerda. Tenemos que sacar el pato para tirar de ella. Me cuelgo haciendo el tarzan y en esto que se suelta. Me pego un buen culetazo. Vamos andando por el medio de unas zarzas y a Gregorio se le engancha una oreja con una zarza. Me pide urgentemente que se la suelte, pero no me puedo ni mover de la risa que me da. Hasta que suelto: ¡¡¡Que se ha hecho un pirsing!!! Casi nos morimos de la risa ,menos Gregorio, que la oreja le estaba chorreando sangre. Después de mucho rato por fin se la puedo quitar.
oreja llena de sangre
En un rapel, se queda Carmelo atascado a mitad. No se como hace, que se le engancha la cuerda en un arbusto y le hace un extraño. Y el convencido que si suelta la cuerda se cae para abajo y hay un árbol partido con una buena punta para empalarse. Se pone bastante nervioso y tiene que bajar Gregorio a rescatarlo. Lo malo es que la reunión del rapel es muy mala y le cuesta un poco hasta que puede bajar. Carmelo baja con el brazo deshecho de hacer fuerza.
Resulta que los horarios que ponía en el libro estaban mal por lo que casi se nos hace de noche. A los cinco minutos de llegar al coche ya no se veía a un palmo y encima íbamos sin linternas ¡¡Desastre!! Que cabeza la nuestra. Total que el barranco nos costo varias horas mas de las que ponía
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