Carmelo no puede venir a este barranco porque tiene una buena otitis. Estamos en el camping y llama al seguro. Estos le ponen con un medico italiano y este no se entera de nada. -¡Espera!- le dice por teléfono. Se va corriendo y cuando encuentra a la dueña del camping le da el teléfono sin decirle nada. Hay que ver la cara que puso la mujer. Nosotros nos partíamos de risa.Al final se apañan y nos dan una dirección. La mujer se ofrece a acompañarnos pero le decimos que ya nos apañaremos. Con la medica es unas risas. Mezclamos los idiomas para entendernos y esta como una cabra. Le dice Carmelo que en la farmacia le han dado penicilina y que es alérgico a ella. Se pone como una loca y nosotros a reírnos. Muy majos las del camping y la medica.
Nos vamos Jorge y yo al cañón. En la entrada hay mucha gente porque es un barranco que hacen las agencias de aventura y esta muy preparado. En el primer rapel hay una tirolina, que no hacemos porque no estamos muy seguros de que sea y también han puesto una plataforma de hierro para que salte la gente y no se resbale. Nos decidimos por el salto. Mas adelante hay un tobogan pero no sabemos si es por la derecha o por la izquierda. Viene un grupo por detrás asi que nos hacemos los remolones haber por donde se tiran. como les cuesta mucho y parece que tampoco lo saben, lanzo una mochila y como veo que cae bien, me lanzo yo. Llegamos a un tobogan lanzadera de 11 metros. te deslizas dos o tres metros por la pared y luego al aire. Me tiro y cuando llego al agua, del impacto se me va en casco y el barbuquejo se me engancha en la nariz. ¡ Que daño! Casi me la rompo.
Vamos a rapelar y me doy cuenta que he perdido el ocho, así que me toca bajar con un nudo dinámico. Es la primera vez que rapelo así y no me gusto nada. Muy incomodo. El barranco tiene un agua verde preciosa y es muy disfrutón.
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